Poeplas es el título de una antología de poesía para niñes de dos volúmenes en formato digital, editados en 2013 y 2017, pero a la vez es el nombre con el que en 2019 varias poetas comenzamos un ciclo de poesía para infancias itinerante en bibliotecas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, el Centro Cultural por la Memoria Haroldo Conti y otros espacios culturales autogestivos. Este texto intenta contar algo del camino que va del libro virtual al encuentro colectivo con niñes donde la poesía es el centro, y cómo ambos formatos se redefinieron en tiempos de pandemia y con el regreso a la presencialidad.
Las antologías
Como mencioné más arriba, en el año 2013, como parte del equipo que desarrollaba el sitio web Poesía Argentina [1], tuve la posibilidad de realizar una selección de poesía para niñes que se editó en formato epub y podía descargarse libremente. Así surgió el primer volumen de Poeplas, con el que nos proponíamos reunir voces poéticas diferentes, más y menos conocidas en el campo de la literatura para niñes [2]. Los textos de ese volumen corresponden a Iris Rivera, Ruth Kaufman, María Cristina Ramos, Nelvy Bustamante, César Bandin Ron, Laura Wittner, Didi Grau, Eduardo Abel Gimenez, Luciana Mellado y Roberta Iannamico, y las ilustraciones son de Marisa Eylenstein, Julieta Laztra, Daniel Roldán, Mariel Fariña, Alejandra Ferrada, Nuria Bolzán y Romina Santos.

En septiembre de 2013 realizamos la presentación de la antología en la Escuela Cooperativa Mundo Nuevo, ubicada en el barrio de Villa Crespo de la Ciudad de Buenos Aires. El evento reunió a niñes de 3 a 12 años y a sus familias, y abarcó la lectura de varies de les poetas que integraban la compilación (Laura Wittner, César Bandin Ron, Iris Rivera, Eduardo Abel Gimenez y Didi Grau), la exposición de ilustraciones incluidas en el volumen y la intervención de la banda Únicanuez, que sumó la musicalización de poemas de María Cristina Ramos junto a la ilustración en vivo de Natalia Méndez con la proyección de imágenes recortadas en papel. La intensidad de ese encuentro y el nivel de escucha de les niñes fueron la base para pensar en un futuro ciclo de poesía para las infancias.
Debido a la importante difusión que tuvo la antología, comencé a recibir materiales de poetas que habitualmente no publicaban para niñes. Así fue como pensamos en realizar un segundo volumen. Nos entusiasmaba la idea de seguir sumando nuestro aporte a la circulación no sólo de voces ya conocidas, sino también de otras que considerábamos valiosas pero que, por distintas razones, veíamos relegadas en el circuito para niñes y jóvenes, sobre todo tratándose de poesía [3]. También nos propusimos incluir textos que en general se piensan para personas adultas pero que pueden ser leídos en otras edades. Por razones que llevaron a la interrupción del proyecto desde el que habíamos pensado ese segundo volumen, su aparición se vio postergada hasta 2017, cuando fue editado también como ebook por la revista Op. cit. Reúne poemas de David Wapner, María Teresa Andruetto, Laura Forchetti, Juan Lima, Marisa do Brito Barrote, Silvana Franzetti, Silvia Castro, María Rosa Mó, Javier Martínez Ramacciotti y Rafael Urretabizkaya, acompañados de las ilustraciones de María Wernicke, Marcelo Tomé, Cecilia Afonso Esteves, Virginia Piñón, Sebastián Dufour, Sandra Lavandeira, Marcela Calderón, Elissambura, Andrea Sanmartín, Vivi Chaves y Chelo Candia.

Tanto en el caso del primer volumen como en el del segundo, el soporte digital y el acceso libre permitió que la antología pudiera ser utilizada como material por docentes, bibliotecaries y otres mediadores; que algunos de sus textos fueran elegidos para distintos materiales editados por el Ministerio de Educación de la Nación; y, como suma de todo eso, que llegara a una cantidad de lectores que está bastante por encima de la que suelen tener los libros de poesía (incluso para niñes).
El ciclo de poesía
La idea del ciclo de poesía para niñes estuvo dando vueltas durante varios años y finalmente, en 2018, entramos en diálogo sobre este proyecto con las poetas Vanna Andreini, Florencia Fragasso y Larisa Cumin, quienes tenían distintas experiencias de escritura y de difusión de poesía para niñes y jóvenes. Hacia el final de ese año nos conformarnos como grupo para planear el ciclo, al que decidimos también llamar Poeplas.

Varios objetivos que nos propusimos retomaron el espíritu de las antologías. En primer lugar, la generación de un espacio en el ámbito cultural para compartir poesía a través de lecturas y otras propuestas que incluyeran a niñes. Por otro lado, la posibilidad de pensar a la infancia como un tiempo sin edad. Fue así como comenzamos a hablar de “infancias”, con un plural que se propone incluir tanto la diversidad de realidades como de edades (incluso a quienes son considerades “adultes”). Es por ello que pensamos el ciclo no solo para niñes, sino también para sus familias y para todas aquellas personas de cualquier edad que se interesaran en compartir la propuesta. En lo relativo a las voces que nos planteamos difundir, el objetivo siguió siendo, como en las antologías, mostrar una variedad lo más amplia posible, incluso teniendo en cuenta a autores poco conocides o bien que no suelen proponerse como lecturas para niñes. Por último, le sumamos la idea de realizar Poeplas de manera itinerante en distintos espacios culturales con diferentes características socioeconómicas. Este último objetivo, que nos llevaba a pensar en desarrollar el ciclo no sólo en la Ciudad de Buenos Aires sino también en el conurbano bonaerense y en otros lugares del país, luego se vio limitado por el comienzo de la pandemia de COVID-19.
Comenzamos a hablar de “infancias”, con un plural que se propone incluir tanto la diversidad de realidades como de edades, incluso a quienes son considerades “adultes”.
Una decisión que mantuvimos a lo largo del ciclo fue la de homenajear en cada encuentro la poesía de alguien en particular, cuya escritura a su vez nos servía de base para nombrar el evento y pensar la propuesta de cada edición. Así fue como el primer encuentro, en Casa de la Lectura de CABA, se llamó “La casa prodigiosa”, en recuerdo de la obra de la poeta pampeana Olga Orozco [4]. Así, con la idea de la infancia como un refugio prodigioso y a la vez como pura intemperie ante lo desconocido, encaramos esa y las siguientes ediciones del ciclo de poesía durante ese año, que realizamos en el Conti, en Casa Safiras y en la Biblioteca del Parque de la Estación. En esas ocasiones homenajeamos además a las poetas Edith Vera e Irene Gruss, así como la obra de Gianni Rodari.

En la totalidad de esos encuentros, que cruzaron la lectura de poesía con la música, la plástica y actividades de taller, participaron les poetas Juan Lima, Laura Wittner, Silvia Castro, Iris Rivera y Eduardo Abel Gimenez, la cantautora Georgina Hassan y el músico Pablo Spiller. También hubo una edición dedicada a la poesía traducida, con la intervención de las traductoras Daniela Camozzi, Janice Winkler y Leticia González Almada. Resultó un encuentro íntimo e intenso en el que la poesía fue una forma de la traducción de una lengua a otra, pero además uno de los intentos por decir la experiencia del mundo, en cierta manera también intraducible.
Otras dos cosas que sostuvimos a lo largo del ciclo, como manera de ampliar y darle continuidad al encuentro poético, fueron la mesa de libros de poesía, que ofrecía materiales de editoriales alternativas de distintas partes del país, y un souvenir relacionado con el eje de cada evento, que consistió en postales o plaquetas de poesía de distribución gratuita.
Minuto Poeplas: poesía en las redes durante la pandemia
La irrupción de la pandemia de coronavirus impidió la continuidad del ciclo en 2020. En el marco del aislamiento social, decidimos darle un giro al proyecto y continuar con la difusión de poesía a través de internet. Si bien era algo que ya realizábamos en nuestras redes sociales a través de la publicación de poemas y de información de libros, eventos y talleres para infancias, nos planteamos profundizar esa tarea sumando videos con lecturas de poesía, en el marco del proyecto que llamamos “Minuto Poeplas”. Comenzamos grabando los videos nosotras, con una duración aproximada de un minuto, para lo que elegimos textos de diferentes poetas. Luego invitamos a participar a una gran cantidad de autores y mediadores de lectura de diferentes puntos del país y de otros lados del mundo. Así, desde el 20 de marzo hasta el 20 de septiembre de 2020, difundimos 74 videos con lecturas de lo más diversas. Si bien en un primer momento las publicamos únicamente en los perfiles de Poeplas en Facebook e Instagram, en el mes de mayo creamos un canal de YouTube del ciclo, por lo que todo el material pasó a estar disponible también en esa plataforma. La experiencia fue sumamente rica, ya que en medio del aislamiento logramos tejer redes, vincularnos incluso a grandes distancias y reunir una diversidad de voces para que el viaje de la poesía fuera posible por muchos lados.
Confluencias
A esta altura podemos decir que Poeplas es un proyecto cuyo formato fue redefiniéndose a lo largo de varios años, pero que conservó siempre el mismo motor: el deseo de tender puentes entre la poesía y les niñes, de posibilitarles la ocasión de que conozcan diferentes voces y soportes, y de permitirles explorar aún más un lenguaje que les es afín. En la búsqueda iniciada a partir de ese deseo, la poesía nos reunió nuevamente como forma de habitar el mundo, con múltiples y hasta inesperadas transformaciones y también maneras de compartirla. En ese recorrido, el regreso a la presencialidad trajo nuevas experiencias y cruces. Así, a comienzos de 2022 comenzamos a pensar y a hacer encuentros de lecturas y talleres junto a Hilda Fernández, editora de mágicas naranjas [5], que desde hacía varios años venía transitando un camino similar.

En esa confluencia de Poeplas y mágicas naranjas tuvimos la oportunidad de presentar un recital de poesía y canciones junto a Roberta Iannamico en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, como parte del 11° Festival Literario Gustavo Roldán. Ser parte de ese bello y ya consolidado festival nos permitió llegar a un público más numeroso y renovado con respecto al de eventos anteriores. Durante el resto del año se sucedieron el taller “Campamento de poemas”, coordinado por Larisa Cumin durante las vacaciones de invierno en el Centro Cultural Kirchner, y un evento en la Biblioteca Evaristo Carriego para recibir la primavera. Este último, con el verso de Alicia Genovese “Volvían los pájaros” como título, reunió la lectura que realizó esa poeta con una presentación que hicieron la poeta e ilustradora María Aranguren y la diseñadora Julieta Jiménez, cocreadoras del juego de aves argentinas Plumazo: una experiencia en la que poesía y actividad lúdica se potenciaron. Para cerrar el año, nos adentramos en algo nuevo para nuestro colectivo: la coordinación de una mesa sobre poesía e infancias en el marco del Encuentro Nacional de Poesía y Crítica Otra vez Trilce, que se realizó en el Centro Cultural Conti. La cantidad y variedad de ponencias que recibimos permitió que se desarrollaran dos horarios de exposiciones e intercambios muy ricos.
En 2023 seguimos con el desafío de darles continuidad al ciclo de poesía y los talleres en varios de los lugares en los que ya los realizamos y de abrir además experiencias en nuevos espacios, como la Biblioteca y Librería Popular Literatura Inclusiva de CABA y las jornadas organizadas por Jitanjáfora en Mar del Plata, entre otros.
Notas al pie
[1] El sitio ya no existe, pero desde enero de 2013 hasta casi octubre de 2014 estuvo dedicado especialmente a la difusión de la poesía argentina, junto a la latinoamericana y también la traducida.
[2] Preferimos hablar de literatura o poesía para niñes y jóvenes en vez de usar los términos “infantil” y “juvenil”. Como dice David Wapner: “’Infantil y juvenil’ son artificios que no responden a lo que es escribir para chicos” (K. Micheletto, “Espacio para la poesía sin preconceptos. David Wapner habla de Los Libros del Lagarto Obrero”, Página / 12, 27/10/18); “… quienes participamos de este campo escribimos para los niños, pero sólo si no caemos en el mito de que existe un género llamado ‘literatura infantil’, falsa creencia que infantiliza y paraliza la poesía…” (Wapner entrevistado por Diego Colomba, “Entrevista a David Wapner, director de la colección Los Libros del Lagarto Obrero”, Op. cit., 18/10/17). Recordamos además que, como plantea María Teresa Andruetto, ese “para niñes” y “para jóvenes” es siempre secundario (“Hacia una literatura sin adjetivos”, en Hacia una literatura sin adjetivos, Córdoba, Comunicarte, 2009, pp. 31-43).
[3] Sobre la canonización de autores en la literatura para niñes, dice María Teresa Andruetto: “Se trata de un modo de canonización más peligroso, que puede convertir a un autor en marca registrada (…). Canon como proposición de un único ideal de escritura, cuando el rasgo propio, particular y diverso, el desvío, para decirlo con palabras del poeta Nestor Perlongher, es lo verdaderamente interesante en el proceso creativo” (“Algunas cuestiones en torno al canon”, en Hacia una literatura sin adjetivos, ob. cit.).
[4] “Mi infancia comenzó en Toay, en La Pampa, y te digo que comenzó porque no ha terminado. Siguió creciendo conmigo y ha estado siempre latente, en todas mis edades, con su carga de terrores, de asombros y de misterios. Si no estuviera dentro de mí como un carozo o como un centro que se pone en actividad al menor soplo, si pudiera verla como un lugar, te diría que es una casa prodigiosa que anda entre los médanos y los cardos rusos, llevada por el viento, en medio de una planicie… Es como la proa de un jardín sin límites… en ese jardín acompañan los gitanos y los locos viajeros, huéspedes de mi abuela. En esa casa y en ese jardín soy una niña extraña y tímida que juega a ser invisible o a convertirse en otra, o que trata de meterse en el interior de una manzana, de un globo de azogue o de una piedrecita, sin encontrar nunca la fórmula exitosa […] mi infancia es un refugio y una intemperie; tal vez como todas las infancias, que acaso no hagan más que seguir el arquetipo de la infancia del hombre sobre la tierra desconocida” (Olga Orozco entrevistada por Alicia Dujovne Ortiz, “Los ritos de la vida y de la poesía en la obra de Olga Orozco”, La Opinión Cultural, 22/1/78, pp. 1-3).
[5] La editorial mágicas naranjas, de Lanús este, provincia de Buenos Aires, lleva doce años “creando libros cuidadosamente diseñados e ilustrados para pequeños o grandes lectores de poesía” (www.magicasnaranjas.com.ar).
Imágenes y videos de sitios públicos de internet.
1 de junio de 2023

Valeria Cervero
Nació en Buenos Aires en 1972. Se desempeña como correctora y editora. Algunos de sus libros de poemas publicados son Madrecitas (2017), Seres pequeños (2018), Sibilejo (2018), Ctalamochita (2020) y Agujeros en la superficie (2021). Ha participado de diferentes proyectos de difusión de poesía. Es parte del equipo de la revista digital Op. cit. desde 2015. Integra Poeplas, proyecto de poesía para las infancias nacido en 2019 y que actualmente organiza lecturas y talleres de poesía para niñes junto a la editorial mágicas naranjas.