Una de las claves de entrada para tu muestra más reciente, La métrica y la lágrima, se encuentra precisamente en el título, parte de la letra de una canción del brasileño Vitor Ramil.
En el tema Astronauta lírico Ramil escribe: “Quero perder o medo da poesía, encontrar a métrica e a lágrima”. Encontré en ese verso dos conceptos que están unidos en este trabajo. Por un lado la métrica, que en la canción guarda relación con las regularidades formales que hacen a la poesía y que en mi obra refiere a la medición constante ejercida por el dispositivo fotográfico y los aparatos ortopédicos. Y la lágrima que, como escribe Mariana Robles en el texto que acompaña este trabajo, constituye “la expresión dedicada a los excesos de la ciencia”, una “bella y poderosa prueba material”.
Las fotos que integran la muestra parecen pertenecer a dos mundos diferentes. Algunas son escenarios naturales, paisajes. Otras son imágenes de instrumentos de medición y de cuerpos humanos en relación con estos instrumentos. Una foto parece no pertenecer a ninguno de esos mundos: la del bonsái.
La foto del bonsái fue inspirada por un grabado del siglo XVII creado por el médico Nicolás Andry de Boisregard e incluido en su libro Orthopédie, ou l’Art de prévenir et de corriger dans les enfants les difformités du corps (Ortopedia, o el arte de prevenir y de corregir las deformaciones de los niños). El termino ortopedia proviene de las palabras griegas orthós (derecho, erguido; justamente) y paideía (educación; ejercicio). En el libro Vigilar y castigar, Michel Foucault incluye este grabado y termina realizando una asociación entre las instituciones correctoras y los individuos “desviados”. Durante un tiempo me dedique a explorar la práctica del bonsái, los modos en que se utilizan diferentes tutores para modificar la trayectoria de las ramas de estos mini-arboles con la finalidad de generar armonía y una bella composición.
¿Cómo influye la lectura de Foucault en esta obra?
Durante cierto período de mi adolescencia me tocó utilizar un corsé ortopédico con el objetivo de corregir la curvatura de mi columna. En ese tiempo comencé a escuchar música y leer todo lo que estaba a mi alcance. En el disco Tester de violencia de Luis Alberto Spinetta se pueden encontrar algunos guiños al libro Vigilar y castigar. Leyendo a Foucault descubrí el concepto del panóptico, dispositivo de vigilancia creado por Jeremy Bentham durante el siglo XVII. Creo que me impactó porque la sensación de ser observado había cobrado mucha importancia durante la etapa en que debí usar el corsé. Las diferentes maneras que había encontrado de camuflarlo respondían al pudor adolescente de ser observado.
“En la superficie de la obra fotográfica queda lo icónico, por eso da la impresión de proponer un sentido completo, pero toda pieza artística necesariamente abre interrogantes y posibilidades de desentrañar esos interrogantes.”
Marcos Goymil, fotógrafo
Ese pudor, seguramente, implicaba sufrimiento. ¿Qué relación establece La métrica y la lágrima entre distancias físicas y emocionales?
Mientras hacía las tomas en el norte argentino comenzaron a aparecer los elementos que de alguna manera me ayudarían a trazar vínculos con la etapa de mi adolescencia: la medición y las distancias. Habíamos llevado, entre las ópticas que podíamos utilizar, un teleobjetivo de longitud focal muy larga. Mi compañero había intentado utilizarlo antes en la laguna de Mar Chiquita, sin buenos resultados. En el gran espacio precordillerano, en cambio, la gran longitud focal funcionó muy bien. Esto me permitió reflexionar acerca de las distancias en las que debemos posicionarnos para poder mirar nuestro medio y en el modo en que vamos alejándonos y acercándonos, física y emocionalmente, para poder mirar.
Las fotografías pertenecen a la muestra La métrica y la lágrima, que estuvo expuesta en Palacio Dionisi Museo de Fotografia de la ciudad de Cordoba desde diciembre de 2017 a marzo de 2018. La obra Cono de Arita obtuvo el primer lugar en el VI Premio AAMEC de Fotografía Contemporánea Argentina.
En esta nota
Marcos Goymil nació en Arrecifes, Buenos Aires, en 1976. Estudió en la Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda y se formó en los talleres de Humberto Rivas, Francesco Jodice y Lucas Di Pascuale. Entre sus premios y distinciones destacan: primer premio AAMEC Fotografía Contemporánea Argentina, finalista en el premio de fotografía El Cultural (Madrid), cuarto premio en Buenos Aires Photo 07, premio Mecenazgo a las artes visuales (Villa María), segundo premio en Villa María escrita con luz (Córdoba), finalista en el premio de Fotolibro Latinoamericano del CDF de Montevideo (Uruguay), premio Lariviere de Fotolibro (Buenos Aires) y Scan PhotoBook (Tarragona). Realizó muestras individuales y colectivas en salas de Buenos Aires, Córdoba, entre otras. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas. Desde 2011 se desempeña también como docente de fotografía.
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Foto de portada y del autor de la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM.
Carina Sedevich
Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional de Villa María. Estudió Semiótica en el Centro Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba. Es autora de dieciséis libros de poesía. Su obra poética ha sido publicada en Argentina, España y Brasil y traducida al portugués, al italiano y al mallorquín. Es maestra en Ceremonial y Protocolo y profesora de Yoga y de Meditación. Coordina Ardea | Revista de arte, ciencia y cultura desde la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM.