Humor amargo

El diccionario del diablo I
por Carina Sedevich

Poesía del humor: un recorrido personal

Juan Carlos Calabró (#perdóncentennials), gran comediante y persona depresiva también, solía repetir: “si a la vida le sacamos el humor, qué nos queda”. El humor: complejo arte, tan emparentado con la poesía en eso de desplazar sentidos de manera sutil, sorprendente, para permitirnos ver la existencia bajo otras luces y así concedernos la gracia de descansar de lo real. A diferencia de lo que ocurre con la poesía, que a veces se piensa como una manifestación un tanto exótica destinada a revelarse a unxs pocxs, el humor suele ser reconocido por la mayoría de las personas como una forma de alivio o de escape a los rigores y las amarguras de la vida. En lo personal, creo que humor y poesía son dos caras de una misma moneda. Es más, me parece que cuando se juntan, cuando se entreveran, se generan manifestaciones senso-intelectuales muy disfrutables. Y hay para todos los gustos.

Pienso, por ejemplo, en piezas de Les Luthiers como  Añoralgias o Cumbia epistemológica. Pienso en canciones como Don Enrique del Meñique y tantas otras de María Elena Walsh, o en  Un cuento de amor y amistad, de Luis Pescetti, que mi sobrinita me ha pedido escuchar muchas veces. Pienso en varios personajes de Capusotto: Luis Almirante Brown,  Violencia Rivas, Micky Vainilla; también en las  canciones de rock reformadas para alentar en la cancha y sobre todo en el maravilloso Ranking de Todo x 2 pesos.

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Pienso, por ejemplo, en piezas de Les Luthiers como  Añoralgias o Cumbia epistemológica. Pienso en canciones como Don Enrique del Meñique y tantas otras de María Elena Walsh, o en  Un cuento de amor y amistad, de Luis Pescetti, que mi sobrinita me ha pedido escuchar muchas veces. Pienso en varios personajes de Capusotto: Luis Almirante Brown,  Violencia Rivas, Micky Vainilla; también en las  canciones de rock reformadas para alentar en la cancha y sobre todo en el maravilloso Ranking de Todo x 2 pesos.

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Una de las tantas cosas que me encanta de haber vivido ya más de medio siglo es que puedo comprender y disfrutar distintos tipos de humor, característicos de diversas épocas. Me conmueven los ácidos memes de lxs pibxs, que desnudan en las redes su desamparo en este mundo que les viene dejando casi nada. Me divierten los nuevos creadores de contenidos  y las revistas virtuales. A la vez, me sigo riendo con el humor de esa tele que ya no existe: Antonio Gasalla, Juana Molina, Cha-cha-cha. Puedo reírme con El Chavo y también con Yayo, quien en palabras de Malena Pichot, otra enorme humorista, es un comediante talentoso, más allá o a pesar de “putear modelos y hablar de la pija”. Es que meterse en guarradas no está necesariamente reñido con el humor ni con la inteligencia, como demuestra el caso de Borges, quien, según cuenta Dolina, solía solazarse en inventar y compartir rimas guarangas.

Bitter Bierce in a bitter world

La cuestión del humor da mucha tela para cortar, sobre todo en estas épocas en que la virtualidad nos deja solxs, bombardeadxs por mensajes descontextualizados, y resulta difícil discernir qué se expresa con ironía y qué no. El libro El diccionario del diablo [1], como varios de los ejemplos de comicidad mencionados anteriormente en esta nota, no sigue la línea de lo que ahora llamaríamos “corrección política”. Su autor, Ambrose Bierce, desapareció hace más de un siglo en circunstancias misteriosas. Dice la leyenda que fue fusilado por gente de Pancho Villa entre finales de 1913 y principios de 1914, cuando viajó a México para investigar in situ la revolución. Se comenta también que Bierce había ya expresado que morir “convertido en harapos contra un muro de piedra” le parecía muy digno, mucho más que otras alternativas como “la ancianidad, la enfermedad o una caída por las escaleras”. Lo dejó por escrito en una carta que cerraba así: “Ser un gringo en México. ¡Ah, eso sí es eutanasia!”.

Antes de su enigmática desaparición, Ambrose Bierce fue un periodista incisivo y un notable escritor de relatos de terror, ponderado incluso por colegas de la talla de Lovecraft. Los escritos de Bierce estaban siempre signados por una visión tan humorística como sombría acerca de la humanidad. Tanto fue así que se ganó el apodo de Bitter Bierce. Es que, muy a menudo, como en el caso de Calabró que mencioné al comienzo de estas líneas, lxs comediantes fuera de escena se definen a sí mismxs y son vistxs por lxs demás como personas tristes y solitarias. Acá podría cerrar acotando “igual que lxs poetas”, que es la primera frase que me viene a la mente. Pero recuerdo unas palabras mejores y más apropiadas para la ocasión. La frase pertenece a Mark Twain, otro gran humorista y, además, amigo de Bierce: “el origen del humor no es la alegría sino el dolor”. En resumidas cuentas, lxs invito a dar una vueltita por el legado de Ambrose y a reír por no llorar, amigxs.  En esta primera entrega, una selección de definiciones desde la A hasta la I [2].

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A

Abstemio, sust. Persona débil que cede a la tentación de negarse un placer. Un abstemio total es aquel que se abstiene de todo menos de la abstención, y especialmente se abstiene de no inmiscuirse en los asuntos de los demás.

Absurdo, sust. Afirmación o creencia manifiestamente inconsistente con nuestra propia opinión.

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Acusar, v.t. Afirmar la culpabilidad o falta de mérito de otro, generalmente para eximirnos de culpa a nosotros mismos.

Admiración, sust. Reconocimiento cortés del parecido de otra persona con nosotros mismos.

Aflicción, sust. Proceso de aclimatación que prepara el alma para un mundo más amargo.

Aire, sust. Sustancia nutritiva suministrada por una Providencia generosa para el engorde de los pobres.

Amabilidad, sust. Breve prefacio a diez volúmenes de exigencias.

Ambición, sust. Deseo irrefrenable de ser difamado por los enemigos en vida y ridiculizado por los amigos después de muerto.

Amistad, sust. Barco lo suficientemente grande para llevar dos personas cuando hay buen clima, pero solamente una con clima desfavorable.

Amnistía, sust. Magnanimidad del Estado con aquellos delincuentes a los que sería demasiado costoso castigar.

Año, sust. Período de trescientos sesenta y cinco decepciones.

Audacia, sust. Una de las más notables cualidades de las personas que no se encuentran en peligro.

Ausente, adj. Especialmente expuesto al golpe de la detracción; vilipendiado; irremediablemente equivocado; desplazado en la consideración y afecto de otro.

B

Benevolencia, sust. Generosidad de quien tiene mucho y permite a quien no tiene nada conseguir todo lo que pueda.

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C

Celoso, adj. Preocupado inútilmente por la conservación de algo que sólo puede perderse si no merece la pena conservarlo.

Cínico, sust. Sinvergüenza que ve las cosas como son, no como deberían ser.

Comercio, sust. Tipo de transacción en la que A le roba a B los bienes de C y, a cambio, B le roba a D el dinero que pertenece a E.

Complacer, v. Sentar las bases para la estructura de la imposición.

Confidente, sust. A quien A le confía los secretos de B, que fueran confiados a B por C.

Confort, sust. Estado mental producido por la contemplación del malestar del vecino.

Conocido, sust.Persona a la que conocemos lo suficiente como para pedirle prestado, pero no lo suficiente como para prestarle. Grado de amistad considerado leve cuando su objeto es pobre u oscuro, e íntimo cuando es rico o famoso.

Consejo, sust. Moneda circulante de menor valor.

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Consuelo, sust. Darse cuenta de que una persona mejor que uno es más infortunada que uno.

Controversia, sust. Batalla en la que la saliva o la tinta sustituyen a la bala de cañón injuriosay a la bayoneta desconsiderada.

Conversación, sust. Feria en la que se exhiben mercancías mentales menores, estando cada expositor demasiado atento a la disposición de sus propias mercancías como para observar las de su vecino.

Corporación, sust. Ingenioso dispositivo para obtener beneficios individuales sin afrontar responsabilidades individuales.

Corsario, sust. Político de los mares.

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Cortesía, sust. La forma más aceptable de hipocresía.

Crítico, sust. Persona que presume de ser difícil de complacer porque nadie trata de complacerlo.

 

D

Deuda, sust. Ingenioso sustituto de la cadena y el látigo del esclavista.

Decidir, v.intr. Sucumbir a la prevalencia de un conjunto de influencias sobre otro conjunto de influencias.

Desobedecer, v.t. Celebrar con ceremonia apropiada una norma que ya caducó.

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Difamar, v.t. Mentir acerca de otro. Decir la verdad acerca de otro.

Disculparse, v.intr. Sentar las bases de un futuro agravio.

Distancia, sust. Lo único que el rico le permite pedir y conservar al pobre.

Dolor, sust. Estado de ánimo incómodo que puede tener una base física en algo que le ocurre al cuerpo, o puede ser puramente mental, causado por la buena fortuna de otro.

E

Erudición, sust. Sacudida de polvo de un libro en un cráneo vacío.

Escrituras, sust. Libros sagrados de nuestra santa religión, que se distinguen de los escritos falsos y profanos en los que se basan todas las demás creencias.

Espalda, sust. Parte del cuerpo de un amigo que tenemos el privilegio de contemplar en la adversidad.

Éxito, sust. El único pecado imperdonable contra nuestros semejantes.

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F

Famoso, adj. Notoriamente miserable.

Felicitación, sust. Forma cortés de la envidia.

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Fidelidad, sust. Virtud distintiva de aquellos que están por ser traicionados.

Formación, sust. Tipo de ignorancia que distingue a quienes han estudiado.

Frontera, sust. En geografía política, línea imaginaria entre dos naciones que separa los derechos imaginarios de una de los derechos imaginarios de otra.

Futuro, sust. Ese período de tiempo en el cual nuestros asuntos prosperan, nuestras amistades son verdaderas y nuestra felicidad está asegurada.

H

Hipócrita, sust. Quien, profesando virtudes que no respeta, se asegura la ventaja de parecer lo que desprecia.

Hospitalidad, sust. Virtud que nos induce a alimentar y alojar a personas que no necesitan alimento ni alojamiento.

Humillación, sust. Actitud mental decente y habitual en presencia de riqueza o poder. Particularmente apropiada en un empleado cuando se dirige a un empleador.

I

Imaginación, sust. Depósito de mercancías que poetas y mentirosos tienen en copropiedad.

Inmigrante, sust. Persona confundida que cree que un país es mejor que otro.

Imparcial
, adj. Incapaz de advertir cualquier posibilidad de ventaja personal por apoyar a uno u otro bando en una controversia o por adoptar cualquiera de dos opiniones contrapuestas.

Impostor, sust. Rival que aspira al reconocimiento público.

Impunidad, sust. Riqueza.

Indultar, v. Perdonar una pena y restablecer la vida del delito. Añadir a la atracción del crimen la tentación de la ingratitud.

Injusticia, sust. Carga que, de todas las que imponemos a los demás y llevamos nosotros mismos, es la que resulta más ligera en las manos y más pesada en la espalda.

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Notas al pie

[1] The Devil’s Dictionary (Neale, Estados Unidos, 1911) es una recopilación de casi mil definiciones satíricas escritas por Bierce y publicadas originariamente en fragmentos en diversos periódicos entre 1881 y 1906.

[2] Versión en castellano de Carina Sedevich.

Producción audiovisual de Carolina Ramírez – Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM.

Icono fecha publicación 12 de septiembre de 2024

Carina Sedevich

Se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Villa María. Cursó el doctorado en Semiótica en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba. Su obra poética ha sido publicada en diversos países de Europa, Asia, Norteamérica y Latinoamérica y traducida al inglés, al chino, al portugués, al italiano, al polaco y al catalán. Entre otras distinciones, recibió el Premio de Poesía José Pedroni. Dirige Revista Ardea desde la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM.

 

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Bv. España 210 (Planta Alta), Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

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