Dijo Abbas Kiarostami que no somos capaces de mirar lo que tenemos frente a nuestros ojos a menos que se encuentre dentro de un marco. Algo así pensé al encontrarme con la muestra que tuvo ocupada a Laura Bellomo durante el aislamiento. Sobre fondo blanco, expuestos por la luz en la desnudez de sus texturas, formas y colores, los objetos de la colección de la fotógrafa -retazos de un mundo cotidiano congelados por la cámara en un instante de sus azarosas existencias- se presentaban a mis ojos con la fuerza de lo extraño, de lo no notado antes.
Sos aficionada a coleccionar objetos y trabajar con ellos. ¿Por qué te atrae particularmente este tipo de fotografía?
Parte de mi búsqueda personal es pensar las fotos como documento o registro, por lo que no intervengo tanto en la escena ni en la post producción de las fotografías. Me interesa trabajar posteriormente sobre los archivos clasificándolos, estableciendo tipologías, tópicos, conceptos, posibles asociaciones.
¿Por qué estos objetos? ¿Hay alguna historia personal detrás de ellos?
A través de la técnica y la documentación juego a empoderar arbitrariamente objetos de mi afecto. Uno de mis objetivos es posibilitar que, en el diálogo entre fotografía y espectador, los objetos protagonistas se resignifiquen. Algunos de los objetos de la muestra han estado dando vueltas durante años por mi casa, dentro de cajitas, frasquitos, vitrinas. Son recuerdos. Otros llegaron a mí durante la cuarentena, momento en que mi colección creció significativamente.
“La fotografía activa los objetos y los convierte en otra cosa, dándoles un nuevo destino, una nueva vida en los ojos del espectador.”
Laura Bellomo, fotógrafa
¿Por qué pensás que este momento fue propicio para que la muestra cobrara entidad?
Tuve tiempo para recorrer mi casa y mis rincones. Recuperé y revaloricé estos objetos que hace tiempo forman parte de mi cotidianeidad. No era consciente de que constituían una colección. La cuarentena me hizo consciente. A su vez, el grado de atención despertado por el aislamiento me llevó también a fijarme en nuevos objetos y a interesarme en trabajar con ellos.
Le comento a Laura que frente a su muestra –que todavía no tiene título- tengo la impresión de estar ante objetos cargados de pasado -cosas que “fueron”: huesos de animales, caracoles vacíos, cadáveres de insectos, semillas apolilladas, cáscaras de frutas exprimidos, flores marchitas, frutos estallados, pilas gastadas, tabletas usadas, platos rotos, llaves perdidas, “ex diapositivas”- o imposibilitadas de futuro -cosas que “no fueron”: una sandía que no maduró, macetas sin terminar-. Ella, me cuenta, ve lo contrario. Desde su perspectiva la fotografía activa los objetos y los convierte en otra cosa, dándoles un nuevo destino, una nueva vida en los ojos del espectador. Y cita a la curadora de la muestra Transferencias, de la fotógrafa Amalia Caputo, quien afirma que una cosa es “la memoria privada del objeto”, otra “el presente activo de una fotografía que lo ha capturado” y otra, incluso, “el futuro incierto que construirá el nuevo vínculo que establecerá con el afuera”.
Tesoros de tiempos pasados, desechos de esta nueva cotidianeidad, en suma, fragmentos de una existencia en perpetua transformación, para la fotógrafa y para los espectadores estos objetos pueden ser hoy mojones de algún sentido en el caos en el que nos encontramos inmersos. Será que en tiempos confusos se reafirma lo que el arte desde siempre nos ha susurrado al oído: para ver, como dijo el poeta, “no basta abrir los ojos/ hay que abrir lo mirado”.
En esta nota
Laura Bellomo es fotógrafa egresada de F5 Escuela de Fotografía. Estudió Diseño y Producción Audiovisual en la Universidad Nacional de Villa María. Hizo clínica de obra con Lucas Di Pascuale y se formó en curaduría y diseño expositivo con Carina Cagnolo y Andrea Ruiz. Participó del seminario de intercambio “Misión Académica Interinstitucional Inpahu” en Bogotá, Colombia. Obras de su autoría han participado en diversas muestras fotográficas colectivas. Actualmente hace fotografías para web y eventos sociales, a la vez que desarrolla proyectos personales sobre retratos y objetos.
Fotos de Laura Bellomo.
29 de octubre de 2020
Carina Sedevich
Se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Villa María. Cursó el doctorado en Semiótica en el Centro Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba. Es autora de diecisiete libros de poesía. Su obra poética ha sido publicada en diversos países de Europa y Latinoamérica, incorporada a antologías nacionales y traducida al portugués, al inglés, al italiano y al mallorquín. Es profesora de Yoga y de Meditación. Coordina Ardea | Revista de arte, ciencia y cultura desde la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM.