Deportivo Universitario

Fútbol escuela Copiar
por Rodrigo Duarte

El Club Deportivo Universitario nació ocho años después de empezar a jugar. El proyecto se consolidó como propuesta cultural, social y educativa para la ciudad. También cosechó títulos y en la última tabla general de la Liga Villamariense de Fútbol quedó primero. Jugó por primera vez un torneo nacional con la idea de “sumar experiencia” sin descuidar el perfil humano. En las inferiores cuenta con 120 jugadores que, cuando juegan de visitante, limpian el vestuario como gesto de agradecimiento.

La tarde del 27 de enero recorrió con ansiedad los 300 metros que separan el Centro Cultural de la Plaza Manuel Anselmo Ocampo. Se puso los auriculares, sintonizó la 91.7 en su teléfono y escuchó cómo Miguel Ángel Juan relataba los primeros minutos del partido. Los equipos se mostraban timoratos. El estadio es pequeño y los jugadores se medían como dos boxeadores en el primer round de una pelea. Apuró el paso convencido de que era testigo de un momento histórico. Llegó a la boletería donde lo esperaba Tito. Tupida barba y pelo blanco, cual Ernest Hemingway, miraba el juego por el espacio que dejaba una pared de ladrillos blocks y la puerta de los vestuarios. Su campo visual cubría unos dos metros para ambos lados del círculo central. De fondo una tribuna de cemento y las cabinas de las radios. Esa perspectiva le alcanzaba para afirmar que arrancó bien el equipo, que el 5 tiene una gran tarde. Era el debut como club. Club Deportivo Universitario se leerá en los diarios a partir del día siguiente. El primer partido en el Torneo Federal Amateur. Ese momento llegó luego de ganar un campeonato local y superar una serie de obstáculos burocráticos. Se quitó los auriculares y reflexionó sobre el tema. Quiso definir filosóficamente al fútbol o ensayar una cita de Eduardo Sacheri, pero Tito lo interrumpió con la sabiduría que le dieron los años. “Pase pibe que esta tarde ganamos”, le dijo.

Volvió a una definición del fútbol. Le pertenece al escritor mexicano Juan Villoro y dice que es “un espejo acrecentado de la sociedad”. Entonces, lo bueno y lo malo emergen de él. Se multiplican las potencialidades y amenazas. Allí está “la bengala perdida” y descansan “los domingos en el club”. Recuerdos de patear penales escuchando a Páez. “Tener cintura, la de Orteguita”. Se ven estadios vacíos por violencia, tribunas sin visitantes por intolerancia, negocios televisados, llantos. Del otro lado: colores, pasión, sueños, llantos. De vez en cuando, de allí surgen experiencias enriquecedoras.

Ese día, la caprichosa arquitectura de la tribuna techada no le dejó ver al 3. Sí pudo reconocer a decenas de pibes con sus madres y padres viendo jugar a “los profes”. En la cancha. Dejando el resto. El partido terminó 2 a 1, no sin antes sufrir los embates del rival y prender velas a San Mellano (acto de fe que se repetiría en varios partidos). Debut promisorio. Sueño cumplido. Un puñado de voluntades, de hombres y mujeres, se pone la camiseta para que el proyecto prospere. Desde lo administrativo a lo deportivo. Del choripán a las camisetas. Sin descuidar lo humano, el disfrutar del juego. Pensando en cuidar la salud y la educación de los 120 chicos que integran las diferentes divisiones inferiores.

En la mirada que devolvió el espejo apareció el 2011. Ese año surgió la posibilidad de vincular al fútbol con la vida académica. Un grupo de profesores que formaban parte del deporte competitivo en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) pensaron que los juegos universitarios duraban sólo una semana al año, entonces, para aprovechar la energía que se depositaba en la competencia, desarrollaron un proyecto que les permita a los equipos ingresar al torneo oficial de la Liga Villamariense de Fútbol (LVF). Así nació Universitario, como un proyecto educativo, social y deportivo dependiente de la Fundación que se encarga de promover los deportes competitivos de la Universidad.

El tiempo transcurrido y la posibilidad de jugar el Torneo Regional Federal Amateur llevaron a que tenga que inscribirse como Club, porque con la reestructuración del fútbol de ascenso de la Asociación del Fútbol Argentino se estableció que pueden participar de estas competencias asociaciones civiles, pero no da margen al ingreso de fundaciones. Entonces, considerando que se buscaba fortalecer y fomentar el deporte sin fines de lucro, presentaron la propuesta de Club Deportivo Universitario.

Con esa información, la semana siguiente al debut visitó el campo de entrenamientos. En el camino recordó que cuando Universitario ganó su primer título de la Liga le contaron una historia. El portero de un edificio de la ciudad se encontró con un funcionario de la UNVM y le preguntó si podía ser “hincha de la Uni”. Le aclaró que no tenía ningún nexo más que las ganas de serlo. “Yo no voy a la Universidad, pero ¿puedo ser hincha?”. Esas cosas de la movilidad social ascendente lo encontraron siete años más tarde en el acto de graduación de su nieto. Ahora no es solamente hincha. Ahora, también, es el abuelo del contador.   

En el Campus lo recibió Gabriel Pérez, coordinador de las divisiones inferiores del Club. Le contó que en 2012 empezaron con cuatro categorías y en 2013 completaron las seis que exige la Liga, de novena a cuarta, en edades que van desde los 11 a los 18 años. El año pasado la categoría 2000 terminó todo el ciclo de inferiores. Esa fue la primera promoción de jugadores. Algunos de esos pibes hoy están entrenando con reserva y primera.

Cada dos categorías cuentan con un director técnico y un preparador físico. Además del entrenador de arqueros para todas las categorías. Los ex jugadores e integrantes del plantel actual son profesores y reflejo. Rodrigo Liendo, Gustavo Reyes, Gastón Moyano, Cheo Alfonso, Simón Mellano y Tomas Pratti, entre otros, forman parte del equipo que de martes a jueves recibe a los juveniles. “Tratamos de que sea coherente el plan de trabajo de todas las categorías, cómo se llevan los contenidos y los objetivos”, explicó Pérez.

El proyecto de inferiores es considerado “netamente formativo”. Busca funcionar como una escuela y realizar aportes relacionados a la integridad física y educativa de los jugadores. “A través del departamento de salud de la Universidad tenemos la posibilidad de monitorear a los chicos y tratarlos con profesionales si se detecta algún tipo de patología o posible enfermedad futura, porque el proyecto va más allá de lo futbolístico y hace a la formación integral del chico”, destacó.

En las reuniones de padres el planteo es que las aulas son las canchas. Los papás y las mamás son indispensables y tienen su espacio para juntarse y participar, pero en la cancha, el aula, trabajan con total libertad los profesores.

El objetivo es formar jugadores que lleguen a primera división y jueguen en el deporte competitivo. Pero más allá de eso se propone formar personas y futuros alumnos de la Universidad. “En la base tenemos un montón de chicos, a la punta llegan pocos, entonces la idea es que los que no llegan puedan formar parte de la Universidad de alguna manera, como profesores, médicos, contadores, dirigentes del Club”, se esperanzó Pérez.

La base continúa siendo la de inicio. En el camino jugaron seis finales de Primera División de la Liga local. Ganaron tres. Según Joselito Bernadó, director técnico, el triunfo le da “solidez y seguridad” a los proyectos, pero éstos “necesitan trayectoria” porque “no son magia”. Para el entrenador, más importante es el crecimiento en divisiones inferiores y el perfil formativo de la iniciativa. “Estamos muy convencidos de que esta propuesta no es sólo deportiva, sino educativa y social, lo que es muy importante para la ciudad y nos costó bastante instalar la idea”, precisó.

Para quienes integran el Club, los triunfos llegan “como resultado del trabajo” y por eso apuntan al profesionalismo para alcanzar un alto rendimiento. Luis Fassi, integrante del cuerpo técnico y nexo entre la primera y las divisiones inferiores, aseguró que hay una estructura de entrenamiento sólida y con un alto nivel de profesionales. “Tuvimos la suerte de ser escuchados y de poder ingresar con proyecciones de juveniles y sumar estudiantes”, reveló.

Con el tiempo, la idea es articular las carreras y a los egresados de la UNVM con el Club. Fomentar el sentido de pertenencia en un proyecto inclusivo y diverso. Desde sus orígenes, esta propuesta también busca jerarquizar a la Liga y promover asociaciones con los otros clubes para capacitación, aprovechando las posibilidades que ofrecen las licenciaturas. “Somos un proyecto institucional y creemos que si elevamos la vara la Liga mejora y la posibilidad de que los jugadores lleguen a otros niveles aumentan”, aseguró Bernadó. En ese sentido pretenden poder trabajar en clínicas con los profesionales de la universidad para los clubes de la región con el objetivo de enriquecerse entre todos.

En un recorrido por las instalaciones pudo observar el mantenimiento de las cuatro canchas que cuentan con luz y riego. Además: comunidad. Estudiantes, profesores, docentes, nodocentes. “Somos una gran familia –le confesó Pérez entrando al área grande- y pertenecemos a la Universidad, más allá de que ahora seamos un Club: `Somos la Uni´”.

Se volvió esperando que comience pronto el próximo partido y sus rituales. La planilla, los tickets, el chori, los papelitos, las banderas y la pelota. El entrenamiento terminó. Los pibes se despiden de “los profes” hasta el día siguiente. El sol dejó caer sus últimos rayos sobre la bandera Argentina que sobresale en las alturas. Sintió alegría de conocer un proyecto muchas veces cuestionado, por desconocimiento quizá, pero pocas veces imitado. Pensó que el fútbol también se juega afuera de la cancha. “Este partido recién empieza”, se dijo y pateó el aire a tres dedos.

Fotos de la Secretaría de Comunicación Institucional y de la Secretaría de Bienestar de la UNVM. Videos de la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM y de sitios públicos de internet.

Rodrigo Duarte

Es doctorando en Ciencias Sociales y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional de Villa María. Cursó la diplomatura de actualización en especialidades periodísticas, el diplomado en Ley de Medios Audiovisuales y la diplomatura en Periodismo Político del Colegio Universitario de Periodismo de Córdoba, entre otras. Trabaja en la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM, en el portal Argentina Investiga, en la Municipalidad de Villa María y en Puntal Villa María.

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Catamarca 1042, Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

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