Ciencia, juego e interfaz

Niñxs Investigadorxs
por Rocío Fatyass

Muchas veces me pregunto/ Qué estamos haciendo acá…/ Como un soplo/ Como una lluvia/
Como un rayo, una luna…/ Movimiento, las cosas tienen movimiento

Fito Páez

Una lectura humano-animal sobre el proyecto

Cuando me invitaron a contar en Ardea sobre el proyecto de extensión Niñas y Niños Investigadores: experiencias de conocimiento desde un enfoque protagónico y multiespecie, me puse a pensar qué compartir de este trabajo colectivo que involucra a niñas y niños del barrio Ex Matadero en Villa Nueva y a docentes, graduadxs investigadorxs y estudiantes de la Universidad Nacional de Villa María. Escuchando los podcasts de Filosofía a la Gorra, de Diego Singer, descubrí que hay diferentes formas de leer, escribir y contar. Decidí entonces hacer una lectura humano-animal sobre nosotrxs mismxs, para repensarnos y seguir buscando una forma de resonar. 

Siguiendo algunas líneas de Nietzsche en Más allá del bien y el mal resulta posible “escribir con el cuerpo” y “abrirse otro estómago” para interpretar lo que somos y hacemos. Una lectura humano-animal no niega que las máquinas también saben leer, sin embargo, subraya la phōné antes que el logos, recupera una oralidad animal que a veces olvidamos y no se deja invadir por un ritmo ajeno. Una lectura humano-animal tiene un territorio, un refugio, provoca sonidos y deja huellas. Por tanto, sigo estos hilos y reflexiono sobre nuestro trabajo haciéndome eco de un cuerpo colectivo sin pretender una descripción minuciosa, necesariamente explicativa y productiva. 

Precisamente nuestra praxis en el barrio abre el mapa de las preguntas junto con lxs niñxs que participan del proyecto desde enredos entre cultura, naturaleza, tecnología y ciencia para intentar comprender cómo ellxs, en lazo con otrxs agentes y actuantes, producen una forma de vida “más que infantil y más humana”.

Territorios, cuerpos e intensidades 

Nuestro trabajo de extensión universitaria tiene lugar desde agosto de 2021 en un barrio conocido como Ex Matadero en alusión a las viejas instalaciones municipales de un matadero de animales en la ciudad de Villa Nueva, en el interior de Córdoba. Este se halla cercano a la zona periurbana de la ciudad, incluso lxs niñxs suelen decir “vamos a Villa Nueva” cuando se trasladan para llegar a la escuela. El vecindario se fue poblando por redes de familias que asentaron allí sus viviendas. Hoy cuenta con tres manzanas irregulares, algunos caminos que se han trazado a partir del paso cotidiano de lxs vecinxs, además de la abundante presencia de animales, especialmente perros, y de la existencia de algunos árboles y plantas que crecen cercanos al campo lindante.

Desde este proyecto buscamos hacer ciencia “sobre” y “con” niñxs entre 5 y 15 años del Ex Matadero, es decir, mantenemos una relación afectiva-semiótica y material (aún desigual) con ellxs (Haraway, 2019). En efecto, exploramos juntxs su vida cotidiana en el barrio y en la ciudad desde un lente intergeneracional y entre diferentes ontologías. Heterogéneos grupos sociales, generaciones y entidades reconfiguran nuestra investigación. A la par, producimos conocimientos con “perspectiva niñe” (Morales y Magistris, 2018) desde metodologías creativas y participativas. Nuestras acciones desean mejorar el bienestar de la población recuperando los intereses, demandas, interpelaciones y saberes de niñas y niños.

Imagen Icono quote

Para investigar solemos salir a caminar, hablar con vecinxs e intervenir el espacio. El carácter social y artefactual de la naturaleza, con sus actores, significados, elementos y recursos forman parte de nuestras interrogaciones.

Para nosotrxs el territorio no es un marco ajeno, más bien nos moviliza -en la investigación y políticamente-, nos contiene y nos afecta. Los encuentros se desarrollan al aire libre, en especial en “la canchita” de fútbol. Para investigar solemos salir a caminar, hablar con vecinxs e intervenir el espacio. El carácter social y artefactual de la naturaleza, con sus actores, significados, elementos y recursos forman parte de nuestras interrogaciones. El sol, el viento, la arena, las plantas silvestres, los animales y las cosas del lugar nos permiten leer los nexos entre ontologías humanas y “más que humanas” para entender mejor la vida común. 

Bajo esta situacionalidad, reconocemos a lxs niñxs investigadorxs como agentes sociales que producen y significan activamente el mundo que habitan. Como adultxs lxs escuchamos, damos lugar a sus preguntas e inquietudes, e intentamos poner en discusión nuestras miradas “expertas”, morales y clasistas acerca de lo que ellas y ellos dicen, conocen, expresan y hacen. Las niñas y los niños crean, dibujan, trazan, recortan, superponen conversaciones, improvisan y unen en sus producciones diversos materiales y sentidos; se salen del borde y desarman nuestras intencionalidades y expectativas. 

Desde estas densas relacionalidades, temporalidades y materialidades afirmamos que ellxs no se asemejan a las imágenes dominantes sobre el “deber ser de la infancia” o aquellas que retratan sólo la precariedad de su vida en contextos de desigualdad. Se trata de niñas y niños reales, creativos y capaces.

Voces y logos: jugando con la ciencia

Como dije una lectura humano-animal hecha “desde la carne” además de contar sobre el terreno tiene sonidos y marcas. Investigar “en relación con” lxs niñxs significa para nosotrxs un constante ensayo y error, y una invitación a jugar. Nuestro sim-poiesis, nuestro hacer con otrxs, conjuga diferentes veces, tonos y logos. Nos gusta decir que hacemos “ciencia-de-jugando”, no simplemente “ciencia-de-verdad”, o nuevamente leyendo a Haraway (2021) decimos que hacemos “ciencia ficción” pues discutimos determinadas formas de conocer y criterios de objetividad a favor de otras narraciones posibles.

En efecto, trabajamos grupal e individualmente a partir de diferentes dispositivos que combinan metodologías propias de las ciencias sociales con otras, junto con la escritura creativa y la imaginación. Las actividades son pensadas de manera colectiva previamente al encuentro en el barrio. Si bien la planificación la hacemos entre lxs adultxs, se corresponde con las dimensiones que emergen de las prácticas, relaciones y discursos infantiles que vamos registrando y repensando en nuestros cuadernos de campo. 

Así “pensamos con cuidado” (Puig de la Bellacasa, 2017) como posición feminista política y epistemológica que nos recuerda que investigar con otrxs involucra tiempo, atención y poner el cuerpo. Nuestro conocimiento situado, como práctica relacional con las infancias, no es individual, sino una disposición colectiva que enlaza saberes discontinuos y diversos. Esta afirmación no soslaya ingenuamente las diferentes posiciones territoriales, de clase, de género, de edad u otras que pueden existir entre adultxs y niñxs. Por tanto, “volvemos difractivamente” sobre nuestras adscripciones y respecto de los interrogantes que nos hacemos, lo que ellos causan y descuidan. Justamente, ¿cómo cuidamos cuando investigamos?, y en especial, ¿qué debe enlazarse y qué cortarse para que el florecimiento de otras formas de hacer ciencia junto con niñas y niños tenga una oportunidad?, son preguntas que continuamos recorriendo.

Imagen Icono quote

Existen diferentes posiciones territoriales, de clase, de género, de edad, entre adultxs y niñxs. Nos preguntamos qué debe enlazarse y qué cortarse para que el florecimiento de otras formas de hacer ciencia junto con niñas y niños tenga una oportunidad.

Una investigación protagónica tiene entonces el desafío de construir los instrumentos de indagación, sistematizar, analizar y comunicar de manera colectiva. Esto no significa que todxs hagan y opinen lo mismo, en todo caso un proceso protagónico y con perspectiva de género hace lugar a múltiples intercambios, disputas, contestaciones y negociaciones. Por ello, nuestro trabajo no expira en preguntarles eventualmente a lxs niñxs “qué quieren hacer” como si la “voz infantil” se pudiera capturar fácilmente, de modo verbal y textual. Sostenemos con ellxs conversaciones sustantivas y nos comprometemos en el lazo intergeneracional, tratamos de permanecer en lugares reales y nos dejamos atravesar por un tiempo intenso, plural y compartido con las infancias. Como adultxs investigadorxs proponemos acciones y extendemos nuestro “saber hacer”, mientras niñas y niños lo retoman, resignifican y rechazan desde sus propias experiencias de conocimiento.

“Jugamos con la ciencia” y con lxs niñxs porque en la mayor parte del tiempo exploramos “por explorar”, probamos, hacemos preguntas y registros que no se conectan claramente con algún objetivo de investigación estanco. Conocer para lxs niñxs parece tener mucho que ver con jugar, dibujar, disfrutar y pasarla bien mientras estamos en el barrio. Después de que ellxs despliegan toda la gama de controversias en las que están implicadxs (Latour, 2008), y nos implican, con sus prácticas, sentidos, objetos e interacciones, llegan, a veces, los conceptos y el entendimiento sobre eso que producimos en Niñxs Investigadorxs. 

En particular, el humor infantil “pone algo allí donde no va” con autonomía, provoca desplazamientos y complicidades, y tensiona algunas respuestas para volver a tomar distancia de aquello que creemos saber cómo funciona.

Huellas que importan

Una lectura humano-animal persigue ciertas huellas. Como sugiere Latour (2008) para hacer ciencia sobre “lo social” hay que acortar las distancias y alargar la lista de actores y actuantes, no todos humanos, orgánicos y tecnológicos. Entre ellos existe hoy una mutua y desigual estructuración. Nuestro trabajo se basa entonces en una interfaz multiespecie: lo científico, lo orgánico, lo inorgánico, lo virtual, lo mítico y lo textual conviven. 

En este tiempo hemos conocido sobre la historia y la cotidianidad del vecindario a partir de encuestas y entrevistas hechas por lxs niñxs con dinámicas lúdicas e itinerantes. Desde dibujos, cartografías y recorridos hemos descubierto qué lugares y materiales son significativos para lxs niñxs, por ejemplo “la canchita” y una antigua garita de chapa por la cual no pasa el colectivo. Desarrollamos también preguntas y bitácoras sobre plantas, un censo de animales y ciertas prácticas de laboratorio sobre microorganismos para hacer lugar a los intereses infantiles, dar cuenta de las dinámicas del territorio e incluso rastrear “que hay debajo de la tierra” y conocer aquellas cosas y situaciones que “se ven” (o no) de diferente manera, cambian y permanecen en el barrio.

Nos interesa seguir investigando cómo elementos, arte-factos, animales, plantas y humanos permanecen unidos, se afectan y nos afectan, a las niñas y a los niños precisamente. Seguiremos trabajando en fabulaciones especulativas, listados y cortes de objetos descartados o juguetes para hacer algunas genealogías, entre otras arqueologías transmedias, ontocartografías (Fraktl, 2020) y etnografías, o quizás simplemente juguemos. 

La ciencia de los humanos no tiene aquí un privilegio cognitivo. Creemos que estas otras líneas que conectan deben permanecer unidas a las experiencias y saberes que traen niñas y niños, con sus herencias, llegadas y aperturas. Nos interesa entonces “seguir con el problema” y “volvernos recíprocamente capaces” (Haraway, 2020) para saber en qué múltiples existencias vamos a detenernos y a reparar.

*Agradezco a todo el colectivo del proyecto de extensión Niñas y Niños Investigadores que hizo posible esta reflexión.

Bibliografía

Haraway, D. (2019). Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Barcelona: Ibéréica. Haraway, D. (2020). Seguir con el Problema. Generar parentesco en el Chthuluceno. Ven Te Veo Editorial.
Haraway, D. (2021). Testigo_Modesto@Segundo_Milenio. HombreHembra_Conoce_Oncorata. Feminismo & Tecnociencia. Buenos Aires: Rara Avis.
Kraftl, P. (2020). After Childhood. Re-thinking Environment, Materiality and Media in Children’s Lives. New York: Routledge.
Latour, B. (2008).  Resemblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.
Morales, S. y Magistris, G. (2018). Niñez en movimiento. Del adultocentrismo a la emancipación. Buenos Aires: Chirimbote/El Colectivo/Ternura Revelde.
Puig de la Bellacasa, M. (2017). Matters of Care: Speculative Ethics in More than Human Worlds. University of Minnesota Press.

Fotos de sitios públicos de internet.

Icono fecha publicación   5 de abril de 2023

Rocío Fatyass

Es doctora en Ciencias Sociales y licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), Córdoba, Argentina. Asimismo, es Investigadora Asistente de CONICET. Su línea de investigación se relaciona con las experiencias y el cuidado de niñas y niños en contextos de desigualdad urbana. Se desempeña como docente en la UNVM y en el Instituto de Educación Superior del Centro de la República. Integra el Programa de Estudios Sociales en Género, Infancia y Juventud en la Universidad Nacional de San Martín UNSAM y el Programa Estudios de Género, Derechos y Sexualidades en CCONFINES-UNVM. Dirige el proyecto de extensión Niñas y Niños Investigadores: experiencias de conocimiento desde un enfoque protagónico y multiespecie de la UNVM.

Instagram
Facebook 
rociofatyass@gmail.com

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Catamarca 1042, Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

Ir al contenido