Diana Bellessi

Cuando habla lo mirado
por Beatriz Vottero

Un aro de música para esta mañana.
Un viento del oeste
y la decisión de sostener la vida
entre los brazos abiertos.

Diana Bellessi

Desde el Profesorado en Lengua y Literatura de la UNVM, venimos llevando adelante un programa que articula la enseñanza y la extensión, a través de lo que hemos denominado aula abierta de música y poesía.

A lo largo de varios años invitamos a poetas y músicxs de diversa proveniencia, algunxs de gran renombre como fue el caso, en 2017, de la poeta Diana Bellessi. Tenerla un par de días entre nosotrxs, compartir con ella desde los eventos programados con nuestrxs estudiantes y el público que nos acompañó, hasta la charla íntima, dulce, a la vera del río; las cenas con mucho cigarrillo Virginia Slims, los cafés recargados, los abrazos y las promesas de volver a vernos, fue algo así como una fiesta preciosa cuyo recuerdo se atesora, casi hasta parecerse a un sueño.

En 2021 volvimos a elegirla, esta vez para trabajar un módulo de poesía en el taller de escritura creativa de primer año del Profesorado. Para algunxs estudiantes, fue quizá la primera entrada a la poesía, y entrar desde la voz de Diana no deja indemne.

“El lenguaje del poema es siempre un lenguaje que va contra el lenguaje, que va contra los discursos” –dice ella en una entrevista (Cacopardo, 2015)–. Y agrega: “el poema pelea con el lenguaje hasta que casi ya no hay lenguaje, y ahí nace”. ¿Qué quiere decirnos?, ¿contra qué lenguaje va el poema, contra qué discursos? “El poeta siempre va por una cornisa tratando de llegar a la cosa, no tratando de llegar al discurso (…), es el deseo de volver al río materno” (Cacopardo, 2015) –continúa, merodeando una respuesta–.

Repetidas veces, en entrevistas y charlas, Diana llega a la palabra resistencia. La poesía –el hacer poesía, escribir y leer poesía– como acto de resistencia, como gesto político contra los discursos lenguaraces y promiscuos, recargados, resueltos. La poesía pareciera estar, en cambio, en el balbuceo, en las sonoridades que inquietan y remansan, en el clamor que nace desde las raíces, desde abajo. Ahí está su potencia: no en el grito, sino en el murmullo que no cesa, que rueda por calles y casas, por ríos y avenidas, como un tumulto que crece contra el status quo y las falsas promesas, a favor de derechos y de libertades, de cuidado y de respeto hacia cada uno de los seres que pueblan el universo.

Diana, la poeta lírica de la naturaleza, de los bichitos y los zorzales, de las plantitas y del agua. Diana, la poeta política que toma las voces de la intransigencia en los sucesos del 2001, que escribe la poesía de piqueteros y de cartones, de ollas populares, de la solidaridad de los pobres. Diana la poeta disidente que en los 80 levanta las banderas del lesbianismo, del deseo sin eufemismos, del amor contra los rigores del patriarcado (Eroica, 1988). Diana la poeta feminista, mujer y pájaro del día, lumbre de la noche.

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Para Diana Bellessi hacer poesía se trata, nada más y nada menos, que de ser capaz de una mirada inmanente sobre las cosas y sobre el mundo.

Por eso la poesía de Diana Bellessi debe leerse en voz alta, al aire libre mejor, para sentirla y no solo oírla. Cada vez que habla, pareciera decirnos que la buena poesía condensa, se despoja, rechaza el adjetivo y la perífrasis, explora el sentido último (o primero) para nombrarlo del modo más limpio posible. A veces sólo esboza, silabea la palabra tratando de descubrir un ritmo, buscándola, dejándose abarcar y seducir, enamorándose de los sonidos, de las letras, de los sentidos nuevos que crecen en la página, en la voz. Jorge Monteleone (2002) afirma que “al centrarse en el habla, la poesía de Diana Bellessi indaga los vínculos de lo individual con lo social. Transforma la radical subjetividad de lo lírico en un escenario cambiante donde las voces colectivas lanzan ecos y reverberaciones sonoras”.

Diana Bellessi denomina a la poesía “la pequeña voz del mundo”. Nuevamente: no la voz altisonante, nunca la verborragia; el poema repele la exhibición verbal. Más bien interroga, se pregunta, se deshace de pesos inútiles para acercarse liviano al oído y a la mano que lo escribe.

De este modo, la poesía sucede “cuando habla lo mirado, no quien mira” dice Diana en un poema (2017: 12). Virtuosa y sencilla dialéctica. Justamente en el libro que lleva por título La pequeña voz del mundo, nos dice (2011: 89):

Personalmente, nada me resulta tan dichoso como ciertos momentos de atención entregada con todos los sentidos a lo que me rodea, especialmente la naturaleza orgánica –incluyendo la humana, aunque no desestimo la arena ni las piedras–, en su infinita expresión que vemos regida por la necesidad, la voluntad, el deseo.

A veces, lo mirado es el alma propia. “Aprendemos el límite, la cartuja donde el alma, como el canario en su jaula, canta la libertad. Y allí volvemos a experimentar, muy de cerca, eso que llamamos poesía” (2011: 63). “Su sentido es recordar que lo pequeño es enorme; que lo que importa, finalmente, es ese tonto pequeño corazón humano, que de tanto en tanto, a pesar de su sordera, se escucha, escucha a los otros y escucha el concierto del mundo” (citado en Garzón, 2010). Dice también Diana (2011: 122):

Ese gesto de la poesía, de tajear la lengua para que vuelva a vivir, se parece al del habla cotidiana, el habla no domesticada, que es chiflada y liberta. Así, la poesía se encarga de hacernos lugar, a su manera, cuando la historia nos borra y nos niega. Somos raspones que la poesía enhebra, transformando la anonimia de nuestras vidas en otra cosa, porque si hay algo de lo que ella puede ocuparse es de las pequeñas historias humanas. Así como la poesía es un tajo que muestra la mentira, el odio, la furia, muestra también la belleza y la justicia.

Por todo ello, para Diana Bellessi hacer poesía se trata, nada más y nada menos, que de ser capaz de una mirada inmanente sobre las cosas y sobre el mundo,

aquella [mirada] que coloca al yo del que escribe abierto en su vulnerabilidad, participante en la naturaleza, afectándola y afectado por ella –y este es quizás el misterio del diálogo–, entra al espacio del detalle, de las pequeñas cosas. Abandona el control y se permite no necesitar ser más de lo que es. (…) Así, quien escribe y quien lee es invitado a sumergirse en el flujo de las cosas y a permitir que su propia vida sea parte de ese ininterrumpido devenir. Y precisamente porque esta vida es finita y breve se convierte en lo más preciado de la existencia (Bellessi, 2013: 54).

Hemos escrito un par de páginas y advertimos que el texto se fue enhebrando sobre una serie de citas. Diana Bellessi escribe poesía y habla de su poesía, de su ars poetica. Escucharla y leerla supera cualquier apreciación que podamos hacer de su obra. Por eso invitamos a lxs estudiantes de nuestro taller a conocerla a través de su palabra. A asomarse a esa obra enorme, cuantiosa, que, sin embargo, es capaz de desplegarse en nuestras manos como una simple flor de cardo que alza vuelo. Ese pequeño y natural milagro. Diana es la compleja sencillez. Su poesía es tan sutil como profunda, tan leve como poderosa. 

Su personalidad es cautivante y acogedora; afable y divertida. Cuando el chofer de la UNVM la traía a la ciudad desde el aeropuerto, ella le pidió detenerse a mitad de camino a comer un sándwich de salame cordobés, que por nada del mundo quería perderse. Podría decirse que ese modo de vivir, de estar y permanecer, de hacer y de compartir, lleva una doble marca: la ternura de una honda humanidad, y la compleja capacidad de pensar y de comprender que tiene alguien que no solo ha vivido mucho, sino que sabe vivir.

Mirar hacia atrás dicen
puede volverme un pequeño
tumulto de sal. Las cuatro flores
rosadas del duraznero
expanden como seda
la infancia. Me hacen decir
mamá
y a la sombra del huerto veo
a mi padre trajinar
con su azada. Pero más
Me dejan
bendecir el invierno y
lo que aún queda
por vivir
Descubrir lo que se ha tenido
profundo en el corazón nos mece
en trama de sueño donde
inocente el asombro acuna
Hay gozo y hay lágrima
por aquello que se reedita
apoyado el pie un poco afuera
del sendero que recorrimos. Mil veces
senderillo
de bambúes atravesado. Tengo los reflejos
de la luz y del aire que interrumpe
el aleteo de alguna tacuarita
Tengo la imagen y ella brilla
superpuesta sobre otras
singularidades. Lares
que han endulzado mi corazón [1]

Nota al pie

[1] En El jardín, pp 107-108.

Bibliografía

Bellessi, D. (1988) Eroica. Buenos Aires, Libros de Tierra Firme/Ediciones Último Reino.
Bellessi, D. (2011) La pequeña voz del mundo. Buenos Aires, Taurus.
Bellessi, D. (2013) La piedra es el poema. Lago Puelo, Chubut, Espacio Hudson.
Bellessi, D. (2017) La edad dorada, Buenos Aires, Caleta Olivia.
Bellessi, D. (2021) El jardín. Buenos Aires, Bajo la luna.
Cacopardo, Ana (2015) Grandes de nuestra cultura / Diana Bellessi. Dirección de Andrés Irigoyen, entrevista y producción general de Ana Cacopardo. Canal Encuentro, Ministerio de Educación de la Nación. Disponible: http://encuentro.gob.ar/programas/serie/8463/7386
Garzón, Raquel (2010) Entrevista a Diana Bellessi Feria del Libro de Madrid: «Sólo escribo aquello que vivo, que siento, que experimento». Diario El País, Madrid, 22 de mayo de 2010. Recuperado: https://elpais.com/diario/2010/05/22/babelia/1274487144_850215.html
Monteleone, Jorge (2002) La utopía del habla. Revista Cyber Humanitatis N° 24 (primavera 2002). Dossier Diana Bellessi. Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile.
Pampin, Ayelén (2021) La cadencia eroica de la arritmia en Diana Bellessi. Revista Heterotopías del Área de Estudios Críticos del Discurso, FFyH de la UNC. Volumen 4, N° 7.Córdoba, junio de 2021. Recuperado: https://revistas.unc.edu.ar/index.php/he terotopias/article/view/33708/34013

Fotos de sitios públicos de internet.

Icono fecha publicación  10 de marzo de 2022

Beatriz Vottero

Licenciada y profesora en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba, especialista en Lectura, Escritura y Educación y diplomada en Educación y Nuevas Tecnologías. Docente e investigadora en la Universidad Nacional de Villa María y docente de posgrado en FLACSO-Argentina. Ha dictado numerosas conferencias, seminarios, talleres y cursos de capacitación en diversas provincias. Miembro de comités académicos, expositora y panelista en encuentros nacionales e internacionales. Ha publicado libros, ensayos y artículos especializados.

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Bv. España 210 (Planta Alta), Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

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