Corporalidades trans y democracia

El caso Tehuel
por Helena Mazza

Lo propio y lo singular de cada uno debería poder nombrarse, visibilizarse en esa convivencia entre lo social y lo universal. Lo singular entendido no como individual sino como subjetivo. Es por ello que considero un acto político poder mencionar y responder, de algún modo posible, la pregunta ¿quién es Tehuel? Según lo poco que se conoce, Tehuel de la Torre es un joven trans de veintidós años que vive en la ciudad de San Vicente, en el conurbano bonaerense, con su madre Norma y su novia Luciana. Comenzó su transición a los trece años y no hizo una rectificación del documento ni cambió el nombre que su familia había elegido para él. Tehuel es changarín: corta el pasto en las casas de su barrio, poda árboles, revende productos que compra y también ofrece para la venta lo que su novia cocina. El 11 de marzo de este año salió de su casa en búsqueda de una oportunidad de trabajo como mozo en otra localidad a trece kilómetros aproximadamente. Desde ese día Tehuel está desaparecido. Las investigaciones transcurren y hay dos detenidos: Ramos, quien lo iba a contratar, y Montes, amigo del primero, por negarse a declarar.

Lo enunciable, lo que se dice en voz alta y las palabras escritas, está ligado a las condiciones de escucha. ¿Cuáles son esas condiciones en el primer caso de desaparición de un joven trans, Tehuel, que se nacionaliza? El tratamiento por parte de los medios masivos es escaso y no entra en agenda como tema de permanente discusión y debate. En las redes sociales es diferente, se pueden observar imágenes con la cara de Tehuel y videos de él riéndose que se difunden de manera más extensiva y pertinente que los relatos encontrados en los canales de televisión. Sin embargo, el proceso de búsqueda no está exento de dificultades. Desde un primer momento la denuncia se vio obstaculizada y se demoró cuatro días en comenzar efectivamente la investigación. La causa está titulada como “averiguación de paradero”; ahora bien, la corporalidad de Tehuel no está presente porque Tehuel está desaparecido. El estatuto que adquiere la desaparición en este sentido no está cerrado, totalizado, ni determinado, es decir, su cuerpo puede aparecer.

Aquí podemos traer, con ciertos cuidados y salvedades, algunas de las categorías de Giorgio Agamben para pensar el entramado, la tierra de nadie entre el derecho público y el hecho político. El estado de excepción como “la forma legal de aquello que no puede tener forma legal” (Agamben, 2004) produce un sujeto jurídicamente innominable, inclasificable. Agamben hace referencia a los términos que disponían los griegos para designar la vida. Por un lado, Zoé se aplicaba al simple hecho de vivir, común a todos los seres; por otro lado, Bios se utilizaba para indicar la forma de vida propia de un individuo o de un grupo y hacía referencia principalmente a ciudadanos, a poseedores de derechos. La primera de estas categorías es la que da lugar a lo que el autor denomina como “nuda vida”, en términos de la condición de viviente. El estado de excepción se percibe como aquel en el que la nuda vida, la vida natural, es excluida, a la vez que confinada, en el seno de las estructuras mismas del orden de lo normativo. Es la condición de posibilidad de todo ordenamiento político al mismo tiempo que su amenaza de alteridad y dislocación.

En este sentido la irrupción de corporalidades “extrañas” y “degeneradas”, como marcas y huellas de una excepción, son el mismo sostén a partir del cual el discurso normalizador alcanza su existencia, construye legitimidad. El devenir de ese cuerpo extraño provoca irrupciones en las reglas y una indecibilidad que es imposible de ser ubicada precisamente, contorneada en su definición: genera un estado de excepción entendido como momento específico del poder, marcado por la tensión entre la inscripción en el orden jurídico de una determinada vida y lo imposible como aquello que no puede ser recubierto, simbolizado, que no puede nombrarse.

Siguiendo esta línea, podríamos dar un paso más y abrir la posibilidad de pensar la noción de cuerpos deportados (Lacan, 2012) de la inscripción simbólica y jurídica, cuerpos que no poseen representación. ¿Cómo pensar las corporalidades trans y fundamentalmente su búsqueda en el marco de un sistema de justicia patriarcal y binario? Se trata de abrir una forma de bordear un imposible. “La historia no es nada más que una fuga, de la cual sólo se cuentan los éxodos” (Lacan, 2012). Los deportados participan en la historia “puesto que el hombre tiene un cuerpo, es por el cuerpo por lo que se lo tiene” (Lacan, 2012). El deportado es el reverso del habeas corpus y, en esta sintonía, es posible plantear que, además del habeas corpus que cada cual tiene que hacer con el propio cuerpo -en el sentido de que no es posible de simbolizar con todas las palabras, siempre hay algo que se escapa de lo representable- se agrega la desaparición política que se circunscribe en el terreno de lo ominoso.

Todo el aparato que implica desenvolverse en una investigación forense -las fichas de autopsia, los análisis de laboratorio y las demás herramientas de la antropología- está pensado en términos de femenino/masculino. Las corporalidades trans no están representadas y tampoco se desarrollaron métodos específicos del ámbito médico legal para la identificación de personas trans, travestis y transexuales. Se deberían conocer, por ejemplo, cuáles son las intervenciones corporales a las que se someten -si es que las hay-, cómo es el proceso de hormonación y qué impacto tiene en sus corporalidades para poder identificarlas ante un caso de desaparición. Con respecto a este caso, es importante poder sostener la pregunta ¿dónde está Tehuel? con la ética que soporta el enunciado y el grito que nos legaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. En lo estructural, hay algo del cuerpo que necesita un envoltorio formal. Sin embargo, también se puede pensar operando desde el lugar del no-todo, en términos de que no todo elemento va estar inscripto en lo instituido. El lugar del no-todo como introducción del uno por uno en lo que representa el “para todos” de la ley. ¿Cómo pensar la inclusión de la singularidad en el uso de las ficciones jurídicas? En movimiento paradójico entre adentro y afuera.

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Falta un saber-hacer por aquellas corporalidades que permanecen en los márgenes. La desaparición de Tehuel trae la consigna “las vidas trans importan”.

Al hablar de cómo se procede una búsqueda de una persona trans en democracia y al poner en evidencia las debilidades del sistema para tal fin, es posible plantear el hiato, es decir, el intersticio existente entre lo instituido y lo instituyente. El impulso en lo instituyente tiene que ver con los modos en que cada invención que hace su ingreso en la historia es un acto. No se funda de la nada, sino que implica una ruptura y un franqueamiento de las condiciones y, a su vez, involucra las tramas simbólicas y las constelaciones históricas pasadas. Es un acto de invención como la centella que surge del choque entre dos espadas: no es el producto de las condiciones históricas, pero sí las exige. Es lo político lo que no puede ser capturado íntegramente por la política, por lo instituido: las lógicas burocráticas, las jerarquías, los cálculos formales, los resultados y las instituciones. ¿Cómo habitar, sin negar, la tensión irreductible entre ambos elementos para construir nuevas políticas de derechos trans? Esta pregunta aún es un desafío pendiente.

Sin dejar de lado los avances recientes de este año como el cupo laboral trans, falta un saber-hacer por aquellas corporalidades que permanecen en los márgenes. La desaparición de Tehuel trae la consigna “las vidas trans importan”. En nuestro país, según los datos recolectados por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBTQ, la expectativa de vida promedio para personas trans travestis es de treinta y cinco a cuarenta años y las principales causas de esto son los transfemicidios, las enfermedades prevenibles agravadas por no poder contar con tratamiento médico, la integralidad de la salud que se ve influenciada por la marginalidad y el quedar fuera de sus familias, de sus escuelas, del trabajo y de la universidad. ¿Qué ocurre con el lazo social? Es frágil, es inestable, deja un resto sin conexión, por fuera.

El lugar desde donde se enuncian estas palabras se podría tomar como un territorio de cruces entre la urgencia de escribir sobre la desaparición de un joven trans en Argentina y las perspectivas teóricas posibles de trazar. Es un lugar fundamentalmente atravesado por la incertidumbre, la no evidencia, aquello que intercede para inscribir este hecho en el lazo social. Mientras se van produciendo nuevas palabras para acercarnos a esta desaparición, mientras se construyen categorías políticas y prácticas institucionales ¿podremos pensar en nuevas formas de articulación de estos cruces, formas que tengan que ver con la sincronización de afectos más que con identificación simbólica a un significante? Esto traería la posibilidad emancipatoria de alejarnos de lógicas idealistas sobre el significado soldado a un significante y permitiría la posibilidad de un nuevo uso político de los cuerpos. Resulta interesante entonces, reflexionar desde el pensamiento del temblor, traído por Glissant como un tipo específico de pensar que se opone al sistema: “entendemos mejor el mundo cuando temblamos con él, porque el mundo está temblando en todas las direcciones”. Con este movimiento, con este impulso, se pueden ejercer prácticas de resistencia a los dispositivos neoliberales actuales, a sus reiterados intentos de borrar todo aquello que constituya un imposible, de llevar todo a la sociedad del control y el espectáculo.

Referencias

Agamben, G. (1998). Homo sacer. El poder soberano y la nuda vida. Valencia: PRE-TEXTOS.
Agamben, G. (2004). Estado de excepción. Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora.
La Tinta, R. (5 de Abril de 2021). La tinta- Periodismo hasta mancharse. Obtenido de ¿Dónde está Tehuel? Retrato de una sociedad transodiante: https://latinta.com.ar/2021/04/tehuel-retrato-sociedad-transodiante/
Lacan, J. (2012). Otros escritos. Buenos Aires: Paidós.
Preciado, P. (2019). Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce. Barcelona: Anagrama. Narrativas hispánicas.
Redacción, L. T. (12 de abril de 2021). La tinta- periodismo hasta mancharse. Obtenido de https://latinta.com.ar/2021/04/estado-desaparicion-trans/
Rousseaux, F., & Segado, S. (2018). Territorios, escrituras y destinos de la memoria. Diálogo interdisciplinario abierto. Buenos Aires: Tren en Movimiento.
Toimil, I., &Lonigro, S. (2015). Lazo social y procesos de subjetivización. Reflexiones desde la época. La Plata: Editorial de la Universidad de La Plata.

Foto de portada de Nacho Yuchark. Otras fotos de sitios públicos de internet.

Icono fecha publicación  19 de agosto de 2021

Helena Mazza

Es estudiante avanzada de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Villa María. Eligió la carrera porque piensa la política como transformadora de realidades. Vive en la ciudad de Córdoba. Le interesan y movilizan temas de género, derechos humanos y políticas públicas. Le gusta leer literatura y poesía.

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ISSN 2618-5040

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