Es frecuente escuchar que para disfrutar del jazz es necesario ser un experto. La imagen del hombre culto de edad avanzada sentado en un sillón, leyendo y fumando en pipa mientras escucha música podría ser el cuadro que ilustra este prejuicio.
Así también es curioso cuando a la pregunta “¿te gusta el jazz?”, la respuesta es afirmativa o negativa. Aunque la historia del jazz es relativamente corta, en sus poco más de cien años podemos encontrar una variedad de músicas tan distintas entre sí, que un “me gusta” o “no me gusta”, es una contestación tan ceremonial y de compromiso como un “bien, gracias” a la pregunta “¿cómo estás?”. El ragtime, el dixieland, el swing, el be-bop, el hardbop, el cool, el post-bop, el jazz-rock, la fusión de la década de 1970, el latin jazz, las distintas aproximaciones al free jazz, entre otros caminos que ha transitado y transita esta música, hacen que cualquiera pueda encontrar afinidades con sus gustos musicales.
Si bien muchos argumentan que disfruta más una obra de arte aquel que entiende los códigos que la rigen, las reglas de juego que le dan legitimidad en la comunidad artística, las transgresiones que contiene, el contexto que le brinda conocer datos del autor, entre otros elementos, también es cierto que se puede disfrutar de la música y del jazz en particular desde muchos puntos de vista diferentes. Además de los discos, existen, relacionados al jazz, documentales, cine de autor, biografías, muestras fotográficas o conciertos en vivo que están a la mano de cualquier espíritu curioso y que pueden ser afines a los gustos de un público sensible a cualquier tipo de manifestación artística.
Los cantantes de jazz
Quizás para algunos la falta de familiaridad con la música instrumental sea una barrera a la hora de acercarse al jazz. En la mayoría de las músicas que escuchamos, la melodía está a cargo de un cantante, en general asociada a una letra, lo que hace más sencillo identificar y seguir esa melodía y su acompañamiento. ¿Por qué no empezar entonces a escuchar jazz descubriendo alguno de los tantos cantantes que nos dio esta música? Si bien en todas las épocas surgieron grandes vocalistas, recomendaremos aquí a algunos de los más influyentes: Billy Holiday, Ella Fitgerald, Tonny Bennet, Louis Armstrong y Chet Baker (estos dos últimos también trompetistas).
Ella and Louis – Ella Fitzgerald & Louis Armstrong
Jazz rock – jazz fusión
Aunque la expresión “jazz fusión” significa la unión del jazz con otra música, en la década de 1970 comenzó a utilizarse para hacer referencia a la fusión del jazz con el rock. El auge de los instrumentos electrónicos y del rock, llevó a músicos de jazz a desarrollar un lenguaje que combinaba el ritmo y las sonoridades que surgían en ese momento, con conceptos provenientes del jazz. Con el tiempo el mismo proceso se evidenció al fusionarse el jazz con el hip-hop, soul, música electrónica, pop o rhythm and blues.
Romantic Warrior – Chick Corea & Return To Forever
The Inner Mounting Flame – John Mc Laughlin & The Mahavishnu Orchestra
Heavy Weather – Weather Report
Latin jazz y bossa nova
Si bien desde los comienzos del jazz las influencias latinas estuvieron presentes (habanera, contradanza o fandango) fue el compositor y arreglador cubano Mario Bauza el primero en lograr una fusión orgánica entre e jazz y la música cubana a finales de la década de 1940. Fue también Bauza quien propició el encuentro entre el percusionista cubano Chano Pozo y el trompetista Dizzy Gillespie, hecho que sería fundacional para uno de los estilos que hoy conocemos como latin jazz: el jazz afrocubano.
Otra de las fusiones del jazz con música de otros países fue la bossa nova, estilo que inició a finales de 1950 el guitarrista brasileño Joao Gilberto, y que luego popularizó Tom Jobim como compositor, quien alentó la sociedad entre Gilberto y el saxofonista de jazz norteamericano Stan Getz.
Las eras del jazz
Otra forma de aproximarse al jazz podría pensarse a modo de recorrido histórico. Cada época tiene características musicales diferentes, así como contextos históricos dispares, muchas veces decisivos a la hora de definir las propiedades de la música de ese período.
El rag time
A partir de 1890 uno de los ingredientes que darían forma a lo que luego se conoció como jazz, fue música pensada para el piano (o la pianola, con rollos que accionaban automáticamente las teclas del instrumento reproduciendo las piezas musicales). Scott Joplin primero y luego Jelly Roll Morton (quien se autoproclamó como “inventor del jazz”) generaron material que luego fue adaptado para ser tocado por bandas con más músicos y dando lugar a las primeras grabaciones de jazz. Seguramente le será familiar al lector The Entertainer de Scot Joplin, música incluida en la película El Golpe (The Sting) con Paul Newman y Robert Redford.
The Entertainer – Scott Joplin
Wolverine Blues – Jelly Roll Morton
New Orleans
Las adaptaciones del ragtime dieron origen a la música de New Orleans y posteriormente al dixieland, que popularizó en sus comienzos la Original Dixieland Jazz Band con su primera grabación en 1917.
El rasgo característico de esta etapa del jazz es la improvisación colectiva. Una conversación entre todos los instrumentos que se estructura inteligentemente de manera que hay alguien que cuenta una historia (la melodía principal) mientras los demás comentan lo que el relator cuenta. La imagen que podría ilustrar esta música es la de una celebración en la que todos participan con sus aportes al discurso general.
Dixie Jass Band One Step – Original Dixieland Jazz Band

Swing
En esta etapa el jazz pasa de la improvisación colectiva a la idea del solista. Con Louis Armstrong como uno de los impulsores de este concepto, la idea del relato construido por todos los músicos al mismo tiempo, comentando o ayudando al relator principal a contar la historia, comenzó a transformarse y la situación pasó a ser la de un instrumento tocando la melodía principal, y los demás músicos acompañando, de modo tal que la historia se vea resaltada por esa escenografía viviente e interactiva.
En este punto de la historia se empieza a dar una característica que se instalaría por mucho tiempo, atravesando estilos de jazz posteriores, y que podría ayudar a los nuevos escuchas a entender algunas cuestiones referentes a la construcción de la música. La estructura de una obra sería en la mayoría de los casos la siguiente: melodía – improvisaciones sobre esa melodía – melodía.
Esto significa que en una primera instancia se toca la melodía (la melodía es lo que reconocemos como diferente de una canción a otra, lo que en otros leguajes es la parte cantada, la letra), luego se suceden improvisaciones de algunos o todos los instrumentos (el que improvisa construye melodías propias y alternativas a la que escribió el autor, pero espontáneamente, en el momento), y luego se vuelve a tocar la melodía principal para dar final a la canción u obra musical.
Otra característica importante de la era del swing es la aparición de las Big Bands, agrupaciones de más de 20 músicos que fueron furor en la década del 30 y que amenizaron los salones de baile. También la radio comenzó a ser un factor fundamental en el éxito y popularidad de esta música. Por lo general cada radio tenía su propia orquesta, así como muchos de los salones tenían formaciones contratadas de manera estable.
Solitude – Duke Ellington & His Orchestra
Swing Brother, Swing – Billie Holiday & Count Basie
Be-bop
Mientras las Big Bands eran la elección preponderante a la hora de acompañar reuniones sociales, los grupos reducidos de la era del swing comenzaban a incorporar transformaciones que serían fundamentales en la evolución del jazz. Luego de trabajar en los salones de baile con las grandes bandas, algunos músicos se reunían a improvisar en bares como el Minton’s Playhose de New York, lugar en el que de la mano de pioneros como Dizzy Gillespie, Charlie Parker o Bud Powell, nació un nuevo estilo de jazz: el be-bop. Lo que obsesionaba a estos músicos era la idea de transformar al jazz en una música para escuchar, dejando en un segundo plano la función recreativa que venía cumpliendo. Se preocuparon por llevar la improvisación y el nivel técnico de ejecución de los instrumentos a un nivel muy superior al que se daba por entonces, lo que les permitió desarrollar un lenguaje mucho más complejo tanto armónica como melódicamente. La improvisación tomó un lugar más destacado aún, y se mantuvo la estructura melodía-solos (improvisaciones)-melodía.
A Night In Tunisia – Dizzy Gillespie & Charlie Parker

Hard-bop y el cool
La evolución del be-bop dio lugar a dos corrientes importantes: el hard-bop y el cool. El primero mantuvo, en términos generales, principios del be-bop como la intensidad, la velocidad y la complejidad armónica y melódica, agregando arreglos más elaborados y nuevos elementos estructurales en las composiciones. Nombres como Art Blakey, Horace Silver, Max Roach y Clifford Brown deberían ser tomados en cuenta a la hora de incursionar en este estilo.
Paralelamente, un grupo de músicos respondía de manera diferente a la evolución del be-bop. Una música más intimista, de sonoridades más relajadas y apacibles. Los aportes de Miles Davis y Gerry Mulligan, por un lado, y la escuela del pianista Lennie Tristano por otro, sentaron las bases del cool, estilo que desarrollaron también Chet Baker, el Modern Jazz Quartet y Stan Getz, entre otros.
Joy Spring – Clifford Brown & Max Roach
Moanin’ – Art Blakey & the Jazz Messengers
Atlantic 1224 – Lennie Tristano
Los 60’s y la fragmentación del jazz
La década de 1960 estuvo caracterizada por el cuestionamiento al orden establecido en varios frentes, y el jazz no fue ajeno a ese contexto. Incluso en muchos casos fue usado como herramienta de expresión en sectores que luchaban por sus derechos, como por ejemplo en el reclamo por los derechos civiles en Estados Unidos.
Si bien varios años antes Lennie Tristano hizo importantes aportes en esa dirección, fue el saxofonista Ornette Coleman el principal representante de las primeras manifestaciones del free jazz. A principios de los 60’s, Ornette rompió con algunos de los preceptos vigentes hasta el momento y en seguida esta nueva forma de concebir la música fue llevada por él y otros protagonistas de esta época a extremos que causaron reacciones adversas por parte de los críticos y de los músicos más conservadores. Centrarse en el sonido como objeto principal, prescindir de la armonía, la ausencia de melodías fácilmente reconocibles, además de una intensidad y volumen provocativamente altos, expresaban el ánimo de la época.
Importantes referentes de este período pueden ser el pianista Cecil Taylor, Eric Dolphy o Don Cerry. En un punto intermedio y viniendo de tocar be-bop o hard-bop, artistas como Charles Mingus, John Coltrane, o posteriormente Wayne Shorter, desarrollaron estilos libres y con altos grados de improvisación dentro de obras que mantenían ciertos parámetros característicos de la tradición.
Free Jazz –The Ornette Coleman Double Quartet
Unit Structures – Cecil Taylor
Blues & Roots – Charles Mingus
En este momento se hace más evidente que nunca la imposibilidad de seguir linealmente la historia del jazz. La evolución y aparición de nuevos estilos no destierra los anteriores: los estilos se mezclan, se actualizan, se reinterpretan y mutan. Muchos de los referentes transitaron varios de estos estilos, inventándolos o adaptándose a ellos. Figuras como Louis Armstrong, Thellonious Monk, Miles Davis, John Coltrane, Art Blakey, Herbie Hancock o Wayne Shorter, fueron protagonistas en varios de los estilos abordados hasta aquí. También podemos ver hoy grupos de música al estilo New Orleans, be-bop o cool, respetando o contestando a la tradición, interpelándola, cuestionándola, o celebrándola.

Coda
En este intento de plantear una hoja de ruta para el interesado en adentrarse en el jazz, queda por decir que el motor principal para cualquier tipo de exploración es la curiosidad. Con las herramientas y la información que hoy tenemos a nuestro alcance, podemos descifrar cada uno de los nombres mencionados en este artículo y ver que está estrechamente ligado tanto a los que lo antecedieron como a los que lo sucedieron, creando escuelas, modos de pensar o sentir la música, conceptos que pueden ensamblarse como las piezas de un rompecabezas.
Fotos y GIFs de la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM. Videos de sitios públicos de internet.

Eduardo Elia
Egresado de la Escuela de Música Popular La Colmena, Córdoba. Cursó estudios de perfeccionamiento en la Escuela de Música Contemporánea Berklee Internacional Network de Buenos Aires y en la Berklee College of Music de Boston de Massachussets. Es docente en la Universidad Nacional de Villa María y el Córdoba Jazz Camp y autor de los discos Callado (2008), El yang y el yang (2011), We see (junto a Cristian Andrada en contrabajo), Figuras de un solo trazo (junto a Cristian Andrada en contrabajo y Luciano Ruggieri en batería) y Solo (2016).