El germen

Gótico en el Río de la Plata
por María Virginia Ventura

En la actualidad, autoras como Mariana Enríquez y Samanta Schweblin, consideradas de culto, han incursionado en la literatura gótica de una manera poderosa. Pablo De Santis escribe una novela de vampiros, Los anticuarios, iniciándose en la lista de autores góticos o autores no góticos que han caído alguna vez bajo el hechizo de estos seres maravillosos. Por otra parte, son cientos los autores más ignotos o de menor renombre del territorio argentino que exploran el género. Pero, ¿desde cuándo existe el gótico argentino y de qué se trata?

Primero afirmemos la cuestión, sí existe el gótico en el Río de la Plata, lo dice Cortázar en Notas sobre el gótico en el Río de la Plata, al menos desde Lugones esto parece claro. Y aunque la crítica se desconcierte ante tal afirmación (indica el propio autor), el escritor fortalece su convicción asegurando que Borges, Bioy, Quiroga, entre otros, son autores góticos que han sido fuertemente influenciados por Edgar Allan Poe, Lovecraft, Henry James, y otros góticos de status universal. A estas alturas de mis investigaciones, ya no acepto que me discutan que Borges no es gótico porque escribió que la literatura gótica era mala, en la introducción de Antología de la literatura fantástica. Borges jugaba con los lectores y este ha de ser no más que otro de sus juegos o (una hipótesis poco posible) su desconocimiento de lo que el gótico es en realidad, considerando que obras góticas son las de Walpole y Radcliffe, sin contar a Poe ni a Henry James. Por lo que afirmo que claramente al encontrarnos ante Borges y sus laberintos ominosos nos encontramos ante un escritor gótico, así como ante el propio Cortázar.

El gótico se reconoce como un género puramente anglosajón, pero para Cortázar es un género universal, como todos los otros géneros (policial, fantástico, maravilloso). Aunque no se trataría de negar su origen, sino de afirmar que el género siempre lo supera, puede ser trasplantado. Carlos Culleré afirma que en cada nación donde un género es trasplantado, este se adapta de una manera diferente, así como las plantas. En Argentina, el gótico toma una forma particular, impregnada de las propias tradiciones, del folclore y la mitología criolla, que le son imprescindibles al gótico para existir. Las tradiciones que le interesan al género, son las populares, y sobre ellas se constituirá este género en nuestro país, sin abandonar su esencia universal.

Pero ¿es recién Lugones el que inicia el gótico en Argentina y Uruguay con su Las fuerzas extrañas o su discípulo Quiroga con su Cuentos de amor de locura y de muerte? No, el origen, el germen iniciático, lo instala el fundador de la literatura argentina, el mismísimo Esteban Echeverría. Sí, aunque parezca inverosímil, El matadero es un libro de una fuerte afinidad con el gótico. Si bien podemos acusar que es una obra realista, no podemos eludir la truculencia de la misma, la atmósfera oscura y lúgubre que rodea a los protagonistas. La idea no es mía, la encontré durante mis estudios, cuando finalmente había decidido hacer el doctorado sobre un autor argentino y el gótico. Cuando por primera vez me decidí a intentar develar por qué había gótico en Argentina. Recordé entonces una obra que había sido importante para mi inicio en el recorrido en la investigación gótica: Un oscuro esplendor de Carlos Culleré. Él dice que, si se considera a El matadero como texto inaugural de la literatura argentina es extraño que no haya sido sucedido por una corriente afín al gótico. Porque, tal como dice Culleré, la escena del muchacho decapitado, la orgía de sangre, la bestialidad del relato, el intento de violación y la muerte del unitario, son elementos góticos. Y aunque siempre se insista en el realismo de la obra o en la pintura costumbrista, se sabe que Echeverría es el fundador del Romanticismo hispanoamericano, y esto valida la hipótesis gótica, ya que el género nació en el movimiento romántico. Si bien no estaríamos ante un relato gótico, tiene esta afinidad con el género en las escenas mencionadas anteriormente. Si continuamos profundizando, podemos ver su atmósfera como gótica. También se encuentra lo gótico en sus temáticas: crítica al gobierno y al orden social establecido, crítica a la razón, a la sociedad y a la humanidad misma.

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¿Es recién Lugones el que inicia el gótico en Argentina y Uruguay con su Las fuerzas extrañas o su discípulo Quiroga con su Cuentos de amor de locura y de muerte? No, el origen, el germen iniciático, lo instala el fundador de la literatura argentina, el mismísimo Esteban Echeverría.

Pero antes de proseguir en este camino temporal que intenta mostrar cómo la literatura gótica es propia de la Argentina, es menester explicar de qué se trata el gótico. El gótico es un género que nace en la obra El castillo de Otranto de Horace Walpole. Este aristócrata inglés, encantado por la arquitectura gótica medieval, manda a hacer para sí un castillo gótico en Strawberry Hill, desde allí escribe y sueña otro castillo, el que le da nombre a esta novela. La atmósfera que queda plasmada en la obra, es la que percibe un hombre moderno al ingresar a un edificio gótico. Porque el hombre medieval no percibía lo mismo, y hasta quizás percibía lo contrario. El gótico es un estilo arquitectónico medieval imponente que, para resumir en pocas palabras, es propio de algunos castillos, pero que se aplica sobre todo a los templos católicos medievales. Se caracteriza por cúpulas abovedadas de gran altura, para llegar a Dios, y por amplios ventanales que permitían pasar la mayor cantidad de luz, en los mismos se pueden observar complejos vitrós. La decoración es bastante sobrecargada, muchas veces esto hizo que el estilo se considerara excesivo y carente de la armonía de las formas griegas. Este tono peyorativo con el que se observa a la arquitectura gótica, parece haberse trasladado a la literatura gótica nacida en el siglo XVIII. Cuando el hombre moderno entra en estos edificios percibe una gran oscuridad donde el medieval hallaba luz, una sensación abrumadora donde el medieval hallaba cobijo, una lejanía con lo divino donde se hallaba la cercanía.

El gótico se concibe, como en la arquitectura, un género menor, exagerado, deficiente, inspirado por épocas de oscurantismo medieval. Así, los escritores niegan su afinidad al mismo. Desconocen que lo gótico es inherente al alma humana, algo que plantea Cortázar cuando afirma que el niño es naturalmente gótico. El gótico proviene de nuestros sueños más oscuros y perturbadores. Pero, ¿cuáles serían sus principales características? Carlos Culleré resume muy amigablemente las principales. Parafraseándole, voy a enumerarlas: 1. La atmósfera lúgubre es la más importante, la única que no debe faltar. 2. La morada donde habitan los personajes, con una arquitectura inspirada en los castillos medievales que le dieron origen al género. 3. La truculencia, crudeza y tremendismo. 4. Personajes esquemáticos que representan el bien o el mal respectivamente. 5. El mal, el lado oscuro del ser humano. 6. Y la presencia de lo sobrenatural (vampiros, fantasmas, brujería, y todo elemento del panteón sobrenatural del gótico). De todas maneras, vale aclarar que alguna o varias de estas características pueden no estar presentes, y aún nos encontraríamos ante una obra gótica. Lo único que no debe faltar es la atmósfera heredada de El castillo de Otranto. Por mi parte, decido agregar un elemento a la receta: 7. Lo ominoso. El gótico proviene de los sueños más perturbadores, por eso es natural al hombre.

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El gótico se concibe como un género menor, exagerado, deficiente, inspirado por épocas de oscurantismo medieval. Así, los escritores niegan su afinidad al mismo. Desconocen que lo gótico es inherente al alma humana, algo que plantea Cortázar cuando afirma que el niño es naturalmente gótico. El gótico proviene de nuestros sueños más oscuros y perturbadores.

Sin embargo, hasta aquí, el gótico aún parece un género anglosajón. Un género que originó al monstruo de Frankestein, al conde Drácula, a la dual personalidad del Dr. Jekyll y a cientos de otros aterradores seres ingleses. Pero luego vinieron los norteamericanos Lovecraft y Poe. Sobre todo Poe, va a ser una gran influencia en la literatura del Río de la Plata. Porque al igual que en El Río de la Plata, no hay castillos en Norteamérica. Los escritores, sin embargo, pudieron encontrar su oscuridad. El gótico comienza a manifestarse en Poe, y Lugones lo sigue, al igual que Quiroga. Borges hace lo mismo, y renegando de Lovecraft lo reivindica en el cuento “There are more things”, viéndose influenciado por él. Las influencias externas son muchas, pero el motivo, la razón por la cual permean hasta echar raíces en las tierras del Río de la Plata es Esteban Echeverría, que abrió las puertas a la oscuridad con su romanticismo.

La clave gótica en la Argentina, particularmente, es instalada por una realidad: el gobierno de Juan Manuel de Rosas. El matadero es la muestra principal de eso. Pero también podemos verlo en algunos relatos de Juana Manuela Gorriti, los mismos se mueven entre lo gótico y la política: “El Lucero del Manantial”, “El guante negro” y “La hija del mazorquero” todos publicados en Sueños y realidades de 1865. Al igual que Echeverría, su ficción gótica se centra en un entorno político, en un momento histórico. De esta manera, no podemos pensar que el gótico es extranjerizante, sino que el género se centra en la mirada oscura de un momento político demasiado ominoso. Marcos Seifert afirma que existe un estrecho vínculo entre los recursos góticos de los que se vale la escritora con la representación de la violencia y el terror político. Las apariciones, los monstruos y las pesadillas representan en sus textos al período rosista. Momento histórico en el que las mujeres se veían víctimas del terror político y, magistralmente, la autora las convierte en espectros atormentados que deambulan entre las ruinas. Sin embargo, según Jean Andreu, Gorriti es la que más se aproxima al modelo gótico anglosajón de todos los autores góticos argentinos.

También Cortázar rescata a Eduardo Ladislao Holmberg (1852-1937), cuyos textos atraviesan todas las variantes de lo gótico, desde la ciencia ficción hasta el policial. Sin embargo, este autor realiza un trasplante de géneros al traducir obras de Arthur Conan Doyle y Charles Dickens. El objeto de Holmberg era importar modelos de la cultura metropolitana, adhiriendo al cosmopolitismo cultural, como establece Rodrigo Guzmán, profesor de la Universidad Nacional de Comahue. Por otra parte, el autor intenta producir textos que sigan los modelos cosmopolitas que traducía, de ahí, configura un gótico trasplantado. El momento en el cual escribe Holmberg se considera de crisis cultural, en el que pujaban los nacionalismos y el cosmopolitismo en una búsqueda de identidad propia. Sin entrar en detalles, es posible observar cómo el gótico se presenta para dar respuesta a esta crisis. El hombre en búsqueda de saberes, recurre a todas las ciencias para dar respuesta a sus inquietudes, desde la física, la medicina, hasta las ciencias ocultas. El espiritismo y la teosofía van a ser las grandes temáticas en la Argentina del momento, y los grandes intelectuales van a acercarse a las mismas. Este camino de búsqueda va a llevar a que ese gótico trasplantado tome un tinte local, a pesar de su cosmopolitismo, el gótico tendrá raíces locales. Lugones también será influenciado por las ciencias ocultas. La Masonería también se manifestará fuertemente en la literatura argentina en modo gótico. Y al margen de las influencias, la naturaleza humana a la que le inquieta lo misterioso y lo macabro, la oscuridad y lo fantasmagórico, dará lugar al gótico argentino con características que le son propias y naturales.

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La clave gótica en la Argentina es instalada por una realidad: el gobierno de Juan Manuel de Rosas.  El momento en el que pujaban los nacionalismos y el cosmopolitismo en una búsqueda de identidad propia. El gótico se presenta para dar respuesta a esta crisis. El hombre en búsqueda de saberes recurre a todas las ciencias para dar respuesta a sus inquietudes, desde la física, la medicina, hasta las ciencias ocultas.

De esta manera, puedo afirmar que el gótico en el Río de la Plata no es sólo una influencia. Que el hecho de que el gótico argentino sea el único que prospera poderosamente en Latinoamérica tiene que ver con sus orígenes, tiene que ver con su historia, con Juan Manuel de Rosas y la Teosofía, con los Masones, con el espiritismo, con la tradición y la fe de los habitantes de estas tierras. Con la truculencia, la atmósfera, el mal, el morbo y lo ominoso de la época rosista y con las ciencias ocultas y misteriosas que cobraban fuerzas entre los ilustrados, no hay otra salida que la configuración de un gótico del fin del mundo. El gótico en el Río de la Plata, en Argentina, es natural a su historia y a sus tradiciones. De manera que el hecho de que autores contemporáneos como Mariana Enríquez, Samanta Schweblin, Pablo De Santis, entre otros, se dediquen al género, no se debe a que sean influenciados por una fuerte corriente extranjera o extranjerizante: es porque nacen en un lugar lleno de ominosas escenas. Porque son herederos de una larga tradición naturalmente gótica. Porque existieron Rosas y la Teosofía y la Masonería en las obras literarias que heredaron. Porque el argentino es naturalmente, históricamente y culturalmente gótico.

Fotos de la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM y de sitios públicos de internet.

María Virginia Ventura

Magister en Filosofía, Religión y Culturas contemporáneas y licenciada en Letras por la Universidad Católica de Córdoba. Se diplomó en Ciencias Sociales con mención en Lectura, escritura y educación (FLACSO). Creó el Seminario de Ficción Gótica en el profesorado de Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Villa María, donde se desempeña como docente. Es profesora en el Instituto Superior Jerónimo Luis de Cabrera y en el INESCER.  Dirige el equipo de investigación El modo gótico en la literatura argentina. Ha publicado narraciones góticas en diversas antologías y Sangre, un libro de cuentos del género.

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Catamarca 1042, Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

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