La pandemia global precipita los problemas estructurales del capitalismo. La actual crisis mundial asume una dimensión histórica similar a la de la Gran Recesión y a la posterior a la Segunda Guerra.
Las recesiones globales
Desde la Gran Depresión de 1930-32 la economía capitalista mundial ha experimentado 8 recesiones globales fruto de: crisis financieras (Gran Depresión de 1930-32, 1982, 1991, 2009); abruptos cambios en la política fiscal y monetaria (1938, 1982); la salida capitalista de posguerra (1945-46); incrementos en los precios del petróleo (1973-74); y la pandemia global Covid-19 (2020). Las duraciones de las recesiones globales varían entre 2 trimestres y 5 trimestres, con una media de 4 trimestres.
La actual crisis capitalista mundial, con base a proyecciones del FMI de finales de junio, enfrenta una caída del PBI mundial anual del 4,9% (FMI), del 5,2% (Banco Mundial, del 8% en el peor de los escenarios) y del 6% (OCDE, del 7,7% en el peor de los escenarios) y asume dimensiones históricas como la de la Gran Recesión 1930-32 que tuvo una caída del Producto Bruto Interno mundial anual del 17,80% y la de la salida capitalista de posguerra 1945-46 con una caída del PBI mundial anual del 15,50%.
La presente crisis capitalista mundial en curso golpea de manera diferente y desigual a los grupos de economías tanto avanzadas como las de mercados emergentes y en desarrollo, clasificados según metodología del Fondo Monetario Internacional. En las economías avanzadas destacamos a Estados Unidos, Zona del Euro (en particular Alemania, Francia, Italia, España), Japón, Reino Unido. En las economías emergentes y en desarrollo destacamos China, Rusia y en particular América Latina y el Caribe, y sus economías más importante Brasil, México y Argentina.
El Fondo Monetario Internacional prevé para el año 2020 un decrecimiento anual del PBI mundial del 4,9%, unos 4,3 billones de dólares respecto de un PBI mundial de 87,7 billones de dólares. Es decir, que la población dispondrá de 4,3 billones de dólares menos en concepto de bienes y servicios finales para satisfacer las necesidades sociales.
Para los grupos de economías avanzadas, en Estados Unidos prevé una caída anual del PBI en un 8%, 1,7 billones de dólares respecto de un PBI de 21,4 billones dólares. En la Zona del Euro en sus principales economías como Alemania prevé una caída anual del PBI en un 7,8%, 300.000 millones de dólares respecto de un PBI de 3,8 billones dólares; para Francia una caída del 12,5%, 340.000 millones de dólares respecto de un PBI de 2,7 billones dólares; para Italia una caída del 12,8%, 256.000 millones de dólares respecto de un PBI de 2,0 billones dólares; y en España una caída del 12,8%, 178.000 millones de dólares respecto de un PBI de 1,4 billones dólares. Mientras que para Japón prevé una caída del 7,8%, 300.000 millones de dólares respecto de un PBI de 5,0 billones dólares y finalmente entre los grupos de economías avanzadas para el Reino Unido una caída anual del 10,20%, 290.000 millones de dólares respecto de un PBI de 2,8 billones dólares.
El golpe es heterogéneo entre grupos de economías porque la globalización implica el comercio entre empresas ubicadas sobre todo en las economías avanzadas. Esta fuerte interdependencia hace que la producción sea dificultosa en un contexto de aislamiento social no sincronizado.
En los grupos de economías avanzadas encabezan las mayores caídas Italia y España con un 12,8% cada una, le siguen Francia con un 12.5%, Reino Unido 10,20%, Estados Unidos 8%, Alemania 7,8% y la de menor caída Japón con un 5,8%.
En los grupos de economía de mercados emergentes y en desarrollo en Asia, China es la única economía donde se prevé un crecimiento del PBI anual del 1%, 143.000 millones de dólares respecto de una PBI de 14,3 billones de dólares. Mientras que para las principales economías de América Latina y el Caribe para Brasil prevé una caída del 9,10%, 167.000 millones de dólares respecto de un PBI de 1,8 billones dólares; para México una caída anual del 10,50%, 132.000 millones de dólares respecto de un PBI de 1,2 billones dólares y finalmente para Argentina prevé una caída del 9,9%, 44.000 millones de dólares.
En los grupos de economías de mercados emergentes y en desarrollo encabeza la mayor caída México con un 10,5%, seguido por Argentina con un 9,9% y finalmente Brasil con una caída del 9,10%.
El golpe es heterogéneo entre grupos de economías porque el actual proceso de globalización implica el comercio o suministro de insumos entre empresas ubicadas sobre todo en las economías avanzadas, al contrario de los procesos de internacionalización cuyo comercio se hace entre nacionales, país por país. Los cortes transmitidos por las cadenas de suministro mundial se estiman en 1,5 billones de dólares, un tercio de la caída del PBI mundial. Por ejemplo, si tomamos el origen y el valor de los componentes extranjeros incorporados a la producción de vehículos ensamblados en Francia tenemos que: los caños de escapes provienen de Portugal, Alemania y República Checa; los air bags de Alemania, Portugal y Rumania; los volantes de República Checa, Alemania y Túnez; los radiadores de Alemania, Reino Unido y España; las ruedas de Alemania, España y China; las cajas de velocidades de Alemania, Japón y Países Bajos; los paragolpes de Alemania, España e Italia. Esta fuerte interdependencia, en particular en la Zona del Euro con un 75% de los componentes, hace que la producción sea dificultosa en un contexto de aislamiento social no sincronizado. La interrupción de la producción en un punto de la cadena de suministros de componentes paraliza el resto de la producción.
En el sistema capitalista globalizado las empresas privadas se ven obligadas a buscar nuevos mercados en el extranjero debido a la búsqueda de tasas de ganancias más altas que las que obtienen en sus economías. Este proceso se ve acompañado por la reducción de las barreras comerciales mundiales y en la reducción de restricciones a los flujos de capitales transfronterizos. El camino de reestablecer el crecimiento económico mundial encuentra a grupos de economía y empresas privadas en distintas situaciones, Estados Unidos, China y Alemania las 3 mayores economías del mundo son las que pueden crear “desequilibrios globales” y fomentar “guerras comerciales”. China y Alemania tienen excedentes sistemáticos de comercio e ingresos, mientras que Estados Unidos incurre en déficits crónicos. Un aspecto a tener en cuenta en dichos “desequilibrios globales” y “guerras comerciales” es el nivel de inversión bruta fija, China con un 44% tiene la mayor participación de la inversión en relación con el PBI, Estados Unidos tiene una del 21%, y Alemania tiene una del 22%.
En una economía capitalista globalizada las empresas privadas de las economías “ganadoras” compiten entre sí para aumentar las ganancias mediante la introducción de nuevas tecnologías como son los procesos de robotización y automatización, en particular las de la información y la comunicación. Y dichas empresas conducen a una transferencia de ganancias de las economías y empresas más débiles a las más fuertes. Los Estados Unidos, por ser la mayor economía del mundo, obtienen un valor adicional del comercio y los flujos de capital del grupo de economías de mercado emergentes y en desarrollo, en particular China, e incluso de economías avanzadas como la Alemana.
El déficit público
Un factor importante para evitar o amortiguar la presente recesión global es que los gobiernos, más del 75 de todo el mundo, incrementen el gasto público e incurran en mayores déficit presupuestarios, los gastos superan a los impuestos, financiándolos con emisión monetaria por parte de los Bancos Centrales y a través de la emisión de deuda pública. Las medidas fiscales se estiman en una cifra cercana a 11 billones de dólares. La condición es que ese mayor gasto público produzca un rápido crecimiento económico, motivado por un doble objetivo de política económica. La mitad, unos 5,4 billones de dólares, tiene como destino incrementar la demanda privada, en particular en aquellos que no tienen ingresos, en aquellos que lo perdieron, y en aquellos que deben preservar el empleo, el gasto de emergencia en salud y otros servicios públicos, etc. Y la otra mitad, 5,4 billones de dólares, incrementar la oferta privada, mediante apoyos a la liquidez de empresas, préstamos y subvenciones a las empresas, inyecciones de capital, garantías de préstamos, apoyos crediticios para bancos, etc.
El mecanismo a través de los cuales los gobiernos financian sus déficits presupuestarios con emisión monetaria o creación de dinero implica un proceso de endeudamiento, puesto que la emisión monetaria que realizan los Bancos Centrales con destino a las Tesorerías de los Gobiernos luego se consolida con la emisión de bonos de la deuda pública. Si los gobiernos imprimen dinero para hacer frente a sus compromisos, eventualmente aumentarán la inflación y devaluarán los salarios y los ahorros. Esto implica asumir riesgos futuros. Entre los gobiernos de las economías avanzadas los 3 más importantes que mantienen el control de sus propias monedas son Estados Unidos, Reino Unido y Japón mediante la Reserva Federal, y el Banco Central del Reino Unido y el Banco Central de Japón. En América Latina casi todos los gobiernos mantienen el control de sus propias monedas. A diferencia de Alemania, Francia, Italia y España, entre otros, que dependen del Banco Central Europeo. El sector privado: familias, empresas, bancos y fondos de inversión, que generan, poseen y administran ahorros –“el exceso de ahorro de los ricos”– son los que tienen capacidad de compra de bonos de la deuda pública. Actualmente la emisión de bonos de la deuda pública a nivel global en las economías avanzadas se realiza a una tasa de interés muy baja.
Un factor importante para amortiguar la presente recesión global es que los gobiernos incrementen el gasto público e incurran en mayores déficits presupuestarios, financiándolos con emisión monetaria y a través de la emisión de deuda pública.
El FMI prevé que el déficit fiscal global promedio aumente al 13,9% del PBI mundial en 2020, una cifra de 11,0 billones de dólares, mientras que la Deuda Pública Mundial alcance un máximo histórico que supera el 101% del PBI en 2020, monto aproximado de 90,0 billones de dólares, que excede todo lo alcanzado en los últimos 150 años. En el grupo de las economías avanzadas, el vencimiento de la deuda pública es de aproximadamente 7 años de media. Cuanto más largo sea el período de vencimiento, menor será el impacto del aumento del déficit y la deuda en el servicio de la deuda. Tanto la trayectoria de los déficits fiscales globales como la deuda pública global podría ser más ascendente en un escenario adverso si la recesión global se agrava. Los ingresos públicos podrían reducirse aún más debido a la disminución de los ingresos personales y empresariales y al fuerte impacto en el consumo privado. Un panorama que de conjunto aumentaría la probabilidad de un colapso financiero.
Según el FMI en la mayor parte de las economías avanzadas sus gobiernos aprobaron nuevas rondas de apoyo fiscal a medida que la actividad económica entraba en recesión. Ahora se proyecta que los déficits fiscales de dichas economías aumenten al 16,6% del PBI en promedio este año. El gobierno de Estados Unidos aprobó un programa de préstamos condonables adicionales a las pequeñas y medianas empresas por un monto de 483.000 millones de dólares; están pendientes de aprobación legislativa para proporcionar financiamiento a los gobiernos subnacionales y proveer transferencias monetarias adicionales por un monto de 3,0 billones. Japón puso en marcha a fines de mayo programas de medidas por un monto de 1,1 billones de dólares (22% del PBI), si se combinan con programas de medidas de abril, el programa supera el 40% del PBI. Alemania anunció en junio programas de medidas para respaldar la recuperación, en particular la actividad en las economías verdes y digitales por un monto de 145.000 millones de dólares. En conjunto la Unión Europea ha propuesto programas de medidas, en particular un fondo de recuperación basado en donaciones, para promover la recuperación verde y reducir el impacto de la pandemia por un monto de 850.000 millones de dólares.
En las economías de mercados emergentes y en desarrollo los déficits presupuestarios aumentan marcadamente al 10,5% del PBI en promedio en 2020, un nivel considerable pero inferior a los de las economías avanzadas. Esto refleja una expansión fiscal, aumento del gasto público del 5% del PBI, la fuerte contracción del PBI del 3% promedio, con un crecimiento económico del 1% del PBI en China pero con una caída del 9,40 del PBI en América Latina y el Caribe, la caída de los ingresos procedentes de las materias primas y el aumento de los costos de endeudamiento externo. Se proyecta para las economías de mercados emergentes y en desarrollo que la deuda pública promediará el 63% del PBI, con un 54,1% para China pero con un 81,5% para América Latina y el Caribe.
La deuda global
El Instituto de Finanzas Internacionales, un organismo comercial, estima que la deuda global supera los 255,0 billones de dólares a fines de 2019, compuesta por 73,0 billones de deuda pública y 182,0 billones de deuda privada. El FMI estima que la deuda pública global se incrementará en 2020 unos 12,0 billones de dólares, la que ascenderá a fines de 2020 a 85,0 billones de dólares.
La deuda de empresas privadas se financia y refinancia a tasas de interés muy bajas, tienden a cero, lo que implica que la deuda sea más fácil de soportar. Lo que ocurre es que a medida que los ingresos por ventas de las empresas privadas caen en picada, los pagos de intereses cobran gran importancia, y los vencimientos de la deuda se convierten en amenazas mortales. Las empresas privadas enfrentan la pandemia o su salida con montones de deuda.
El riesgo de crisis de deuda global se debe no tanto el tamaño de la deuda como a su creciente fragilidad, en particular al importante aumento de la deuda de empresas privadas, que está cerca de un nuevo máximo histórico.
También los hogares de la parte inferior de la escala de ingresos solicitan más préstamos, alentados por las bajas tasas de interés, en particular los préstamos bancarios hipotecarios. Esto explicaría una “potencial demanda” suficientemente endeudada que reduce la “demanda agregada” de la economía y ralentiza la salida al crecimiento económico.
El riesgo de crisis de deuda global se debe no tanto el tamaño de la deuda como a su creciente fragilidad, en particular al importante aumento de la deuda de empresas privadas, que está cerca de un nuevo máximo histórico. Este máximo histórico a que asciende la deuda global, de hiperendeudamiento, puede convertirse en causa y consecuencia de la presente crisis o de nuevas crisis.
El mundo del trabajo
Según la Organización Internacional del Trabajo la población en edad de trabajar asciende a 5,788 millones, de las cuales 3,300 millones tienen empleos, 188 millones están desempleadas y 2,300 millones están fuera de la fuerza laboral. De las personas que tienen empleos solo 1,287 millones tienen empleos formales, mientras que 2,013 tienen un empleo informal, es decir, sin contratos laborales ni prestaciones de seguridad social –riegos laborales/salud/jubilaciones-.
A principios de mayo la OIT informó que 1,600 millones de personas, cerca de la mitad de las que tienen empleos, están en peligro de perder su trabajo por la pandemia de Covid-19. Y calcula que el primer mes de la crisis “dio lugar a una disminución del 60% de los ingresos de los 2,013 millones de empleos informales a nivel mundial”, los llamados “empleos sin trabajo” –por ejemplo los empleados con contratos temporales-. Por región, la disminución prevista “es mayor en Africa y América Latina, del 81%”. En esta región, se agrava por el cierre de las empresas privadas, “con grave repercusiones sobre los ingresos y empleos”.
La OIT informó que 1,600 millones de personas, cerca de la mitad de las que tienen empleos, están en peligro de perder su trabajo por la pandemia de Covid-19.
Más específicamente la OIT en su informe del mes de junio estima que en el segundo trimestre de 2020 se pierda en todo el mundo el 14,0% de las horas trabajo, equiparable a 400 millones de empleados a tiempo completo 48 horas semanales o 480 millones de empleos de tiempo completo de 40 horas semanales. Para América Latina y el Caribe se estima se pierda el 20,0% equiparable a equiparable a 47 millones de empleados a tiempo completo 48 horas semanales o 55 millones de empleos de tiempo completo de 40 horas semanales.
A escala mundial de las 1.275,0 millones de mujeres trabajadoras, casi 510 millones, a saber, el 40%, desarrollan su labor en sectores más afectados por la crisis. La proporción de mujeres que trabajan en los sectores más afectados por la crisis es particularmente elevada en América Central un 58,9% y en América Meridional un 45,5%. En esas subregiones la proporción de hombres que trabajan en sectores más afectados por la crisis es menor un 43,0% en América Central y un 42% en América Meridional.
En el próximo período los grupos de las economías enfrentarán niveles de deficits presupuestarios, niveles de deuda global, tanto pública como privada, millones de desempleados que presionaran negativamente una recuperación económica y advierten una posible nueva crisis.
Bibliografía
FMI, (2020) “Actualización de las perspectivas de la Economía mundial”, Junio de 2020
Husson, Michael “¿Repunte o caída? del 3/05/2020 y “Capitalismo al filo de la navaja” del 18/06/2020
Foto de portada de Martín Mejía/AP. Fotos de sitios públicos de internet.
6 de agosto de 2020
Juan José Balussi
Es doctorando en Estudios Sociales de América Latina del CEA-UNC, magíster en Ciencias Sociales con mención en Metodología de la Investigación Social y contador público. Es docente de las cátedras Economía y Comunicación en la Universidad Nacional de Córdoba y de Economía Política de la Comunicación en la Universidad Nacional de Villa María.