Arte y salud mental

Un fuego de muchas voces
por Laura Lago y otras

Polifonías

“Cada vez que río y me sujeto al camino sostengo la fuerza que
crece desde el interior del animal que somos y nos atrae a vivir en
un sondeo de brutalidades que la vida crea para que sintamos un
profundo y dulce lazo”.[1]

¿Y este bicho qué es? ¿Qué es El Cisne del arte para cada une? ¿A qué nos habilita reconocernos polifóniques, hacedores colectivos, piezas de un volátil y cálido plumaje que mutando nos hace un lugar?

El Cisne es un colectivo que juega entre los campos del arte y de la salud mental. Es parte de uno de los hospitales monovalentes psiquiátricos de la Provincia de Buenos Aires pero su impronta es comunitaria e interdisciplinaria. Es un collage de inter saberes, un ensamble donde la palabra, lo plástico, lo sonoro, lo manual, lo lúdico se encuentran y disparatan el binomio adentro/afuera de la institución, de los cuerpos, de las subjetividades.

Nos agenciamos del Cisne para quedarnos en él, para salirnos, para enlazarnos con otres. Está habitado de experiencias: momentos de producción, funcionamientos diversos, muestras, entrevistas. Se sostiene en texturas (textos y hechuras) heterogéneas: dibujos, fotos, imágenes, mateadas, canciones, plenarios, poemas. Puede en sus vuelos llegar a distintos públicos, a otros otres muchas veces impensados.

En una reunión Juan Carlos[2], integrante del colectivo, se preguntó y nos preguntó: “¿quién es el autor de El cisne del arte?” Nos sorprendió. La pregunta de Juan es singular y plural. Habla de su recorrido y lo pone en perspectiva con el resto.

Nos dejamos atravesar por la in-comodidad, por la in-certidumbre, por la investigación. Nos hacemos la pregunta en acto. ¿Quién crea un dispositivo? Es un tema crucial a la hora de reflexionar sobre los dispositivos de inclusión social en el ámbito de la Salud Mental. ¿Qué lugar se le da a las experiencias y saberes de las usuarias y usuarios de salud mental en el diseño de los servicios?

 

Escuchar los fuegos internos

“Queremos que sean nuestros segundos, nuestro tiempo. Para
compartir, ser escuchados y ser, sólo ser, ser alguien en un punto
de equilibrio y desmesuras.”

Dentro de los lugares, prácticas y temporalidades que conforman al colectivo, emergió en uno de los participantes la idea de hacer un documental sobre la historia de tres hombres que se hacen amigos durante sus internaciones psiquiátricas y todo lo que les vino después. No sabíamos casi nada de hacer cine pero la idea fue agenciada por todes desde el primer momento. Sabíamos que eran historias que merecían ser contadas. Y que la verdad de cada protagonista no podía traspasarse a la ficción –porque contar la propia historia es una elaboración ficcional-  sin que se enunciaran como sujetos de los discursos. Reconocíamos la importancia social y cultural que tendría un mensaje construido desde la perspectiva de las personas que vivieron la internación manicomial y el hecho de poner a circular con alcance público ideas, imágenes y relatos acerca de “les loques” que irían a contrapelo del estigma de peligrosidad, debilidad e inutilidad que pesa sobre estas personas.

Estas afirmaciones -y en particular la idea de autor y su valor para el lazo social- nos constituyen como colectivo. Nosotras, directoras y productoras,  también pusimos lo propio, nuestra marca autoral, compartiendo, haciendo, imaginando. Nuestra subjetividad también conforma la red polifónica que es el Cisne. Ese estar, aunque sea “sólo” escuchando y acompañando los procesos creativos, construye también los resultados. Fue así que en las pequeñas y grandes decisiones en el camino de producir el documental la pregunta sobre la autoría -a veces implícita, a veces explícita- estuvo siempre presente, como guía y tensión.

Pero entonces, ¿qué hace de los muchos decires una polifonía, una cierta música? ¿Qué hace que algunos ruidos se escapen del anonimato, del desamparo, del horror y retornen en un objeto hecho de piezas encastradas que suenan, que consuenan -un montaje no es otra cosa-? Y sí, nuestra respuesta es la escucha. ¿Y qué escuchamos? Sentires, recuerdos, ideas, interpretaciones, símbolos, actores y escenarios que sedimentaron desde las memorias de la internación/externación, a través de poesías, testimonios, textos diversos  en un tiempo y espacio compartido.

Cada une desde su experiencia daba forma a esos discursos que se iban tejiendo en el documental. Entonces descubrimos que los testimonios se ampliaban y las experiencias pasadas bailaban con otros sentidos, se mixturaban, expresando la densa y hermosa complejidad que guardan las trayectorias de vida.

Fue más que prestar oído. Pusimos la cuerpa entera, la atención y la a-tensión, una presencia de carne y tiempos, una escucha brujulada por el uso de las herramientas del cine y la invención de procedimientos desde cada une hacia el fuego común.

Y así fue que incluso el título del documental, que surgió de un comentario individual, devino en guía y tensión creativa del colectivo. Los Fuegos Internos: metáfora disponible a un nosotres.

Jugar

“Y nos apoderemos de sus crepúsculos para transformarlos en
latidos fértiles que le dan vida a esa muerte que está tan segura
de vencer.”

Desde el deseo, el “saber hacer” y el “no saber hacer” se abrieron paso hacia el “querer hacer”. Confiamos en la necesidad como en una herramienta en sí misma que abrió lugar a otros saberes (narrativo, audiovisual, compositivo). Nos interesaba que fuera así, nos importaba esa manera colectiva de crear, las ganas compartidas de querer jugar ese juego.

No es casual que hablemos de juego, ya que esa es otra pieza fundamental que compone este collage del Cisne del arte. La atmósfera lúdica empapa no sólo a los talleres artísticos sino a todas las actividades previas y posteriores, y a todas las vincularidades que se producen. El juego hace que nos funcione como un espacio-tiempo de relajación y de contención, pero también como un espacio-tiempo de ejercicio y práctica social donde explorar creativa y libremente formas de relacionarnos. El Cisne es un marco versátil con pautas compartidas que nos invitan a jugar.

El arte como juego y discurso deconstruye y re-configura los sentidos, representaciones y significaciones disponibles en el entorno social mediato e inmediato. Habilita experiencias sensibles y extracotidianas, crea ficciones que escapan a la estandarización de la cultura de masas. Por eso decimos que para nosotres el juego es algo serio. La experiencia de creación artística, en este caso un documental, la experimentamos como la posibilidad de instituir, en nuestro caso colectivamente, un sistema nuevo de significados (donde se permite la no reproductibilidad, la disidencia, el conflicto, la ruptura). Es un objeto que  conlleva la evidencia de que el orden social, cultural y político es también, en última instancia, una ficción, una construcción.

Todes y cada une

“Y al fin el arte nos cobije y realicemos de él un mundo sensato
destinado a quienes lo conocen y conquistando a aquellos que
sienten desdicha de alguna forma u otra.”

Les que conformamos, transitamos, habitamos el Cisne somos todes aquelles que de alguna manera nos sentimos parte sosteniéndolo y sosteniendo nuestro deseo en el despliegue de sus alas.

Alas atravesadas, entramadas en distintos discursos, lenguajes, presencias. Nuestro horizonte desea mixturas, que las obras tengan su recorrido, hibridando campos, articulando perspectivas. Por eso somos todes y cada une un poco, a su manera, con sus modos y tiempos, a veces como escritores, coordinadores, curioses, directores, entusiastas, participantes, espectadores, observadores, transeúntes. Todes y cada une con sus distintos andares, con sus distintos modos de andarlo y de nombrarlo.

¡Que los Los Fuegos Internos sea puente a otros escenarios! Que circule por campos distintos al de la salud mental, con sus cuentos, su danza, su música para que se encuentre con otres y firmemos como autor colectivo la obra de la salud mental comunitaria.

Notas al pie

[1] Estos versos y los que encabezan cada subtítulo pertenecen a un poema de Jorge Deodato publicado en https://issuu.com/elcisnedelarte/docs/eternos_caminantes.  Jorge es guionista, protagonista, usuario del Hospital Dr. A. Korn y participe de El Cisne del arte desde 2010.

[2] Juan Carlos Salto es guionista, actor secundario y claquetero en Los fuegos internos. Usuario del Hospital Dr. A. Korn y participe de El Cisne del arte desde 2010.

Fotos y vídeos de sitios públicos de internet. Para ver el documental comunicarse a los.fuegos.internos@gmail.com.

Icono fecha publicación  12 de noviembre de 2020

Laura Lago

Inició su articulación entre el arte y la salud mental en el Hospital Taraborelli de Necochea en 2001. Desde 2006 Coordina El Cisne del arte, colectivo de Arte y Salud Mental del Hospital Dr. A. Korn de La Plata. Tiene experiencia como actriz y artista plástica. Estudió guión y producción cinematográfica. Es Profesora de Juegos dramáticos por la Universidad Nacional del Centro (Tandil). Estudió Gestión y Políticas Culturales en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata y Gestión de Servicios de Salud Mental en ISALUD, Buenos Aires.

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Ana Santilli Lago

Es antropóloga, fotógrafa y realizadora audiovisual. Directora  del documental Los Fuegos Internos (FNA 2012 y 2016, Quinta Vía Digital del INCAA 2016). Realizó el corto Ciudad Dispoética (residencias Toda la Teoría del Universo, Chile 2018). Desde el 2010 participa del colectivo de Arte y Salud Mental El Cisne del Arte, desde el 2017 es colaboradora del Proyecto de Investigación Cuerpo, afecto y performatividad (UNLP). Se desempeña como fotógrafa y creadora audiovisual en la obra Blanco de Valeria Martínez.

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Laura Lugano

Es antropóloga y docente en la Universidad Nacional  de La Plata. Se formó en lenguaje audiovisual, videodanza, cine documental, montaje y fotografía. Tallerista del colectivo de Arte y Salud Mental El Cisne del arte desde el 2012. Becaria del Fondo Nacional de las Artes en rubro creación audiovisual y montaje audiovisual (2012 y 2016). Directora de Los Fuegos Internos con  subsidio Quinta Vía Digital del INCAA (2016). Actualmente se especializa en Comunicación Digital en la Universidad Nacional de La Plata.

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Ayelén Martínez

Es antropóloga por la Universidad Nacional de La Plata. Se formó en artes audiovisuales, canto popular y escritura poética. Desde el 2010 realiza talleres en el colectivo de Arte y Salud Mental El Cisne del Arte. Directora de Los Fuegos Internos con subsidio INCAA 2016. Becaria del Fondo Nacional de las Artes (2012, 2016 y 2019) y del programa Escena Pública del Ministerio de Cultura (2016). Cantautora y percusionista. Facilitadora de talleres de escritura poética y de exploración de la voz. Autora del libro-objeto Lugar pájaro.

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Malena Battista

Es antropóloga por la Universidad Nacional de La Plata. Intervino en investigación, guión, edición, cámara y dirección de Los Fuegos Internos (2019). Es tallerista del colectivo de Arte y Salud Mental El Cisne del arte desde el 2012, con el cual obtuvo una beca de creación grupal para la realización del documental Los Fuegos Internos (Fondo Nacional de las Artes, 2012), una beca de formación grupal (FNA, 2016) y un subsidio del INCAA (Quinta vía digital, 2017). Actualmente se encuentra finalizando la tesis de maestría de Antropología Visual en FLACSO-Ecuador 2018-2020 (Quito).

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Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Catamarca 1042, Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

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