Qué hacer con la

Robótica en la escuela
por Vanina Anunziata

Recorremos las potencialidades de la tecnología educativa de la mano de Daniel Anunziata, quién nos propone indagar en la manera de implementar los nuevos desarrollos para mejorar los procesos de enseñanza- aprendizaje y contribuir a resolver problemáticas del entorno. “Es un desafío buscar proyectos de fácil despliegue para que estos nuevos conocimientos puedan ser utilizados transversalmente en otras disciplinas y ámbitos”, afirma. Un punto fundamental es fortalecer las vinculaciones entre los distintos actores para construir comunidades de aprendizaje que permitan compartir conocimientos, información y experiencias en torno a las nuevas tecnologías.

¿Cómo podrías contextualizar el avance de las nuevas tecnologías en la educación?

La tecnología ha tenido una preponderancia muy fuerte en las últimas décadas. Se presentan numerosos avances en todo lo referido a la miniaturización de las cosas con el objetivo de bajar costos y desplegar la tecnología a nivel mundial. Estamos invadidos y rodeados de tecnología todo el tiempo. Pero en este escenario hay mucho desconocimiento: usamos tecnologías para cuestiones impuestas sin poder generar criterios propios sobre el para qué. Cuando estas tecnologías y avances entran en auge surgen intereses por trasladarlas al campo educativo. Hay experiencias en el mundo en cuanto al uso de la tecnología como herramienta de enseñanza, es decir conceptos y conocimientos en programación y desarrollo de software que se convierten en una habilidad más a la par de la matemática, la lengua, la ciencia, entre otras. Hoy vemos que la mayoría del tiempo estamos interactuando con software. Podemos encontrar datos interesantes sobre el tiempo que consumen las personas conectadas a internet desde sus dispositivos móviles. Es una tecnología que consumimos todo el tiempo, pero tenemos poca idea de cómo, cuándo o qué cosas podemos realizar con ella. Solemos quedar atrapados en lo que tenemos a disposición, por eso es importante aprender más sobre las diversas herramientas existentes y sus potencialidades. Hoy existe una gran variedad de software de alcance masivo que ofrece múltiples posibilidades, la mayoría impensadas hace 10 años atrás. En este marco aumenta la necesidad de educar y aplicar estas herramientas en las aulas, por ejemplo. La  robótica educativa pone conocimientos de programación en las aulas como parte del tránsito educativo.

¿El surgimiento del software y el hardware libre tiene relación con la posibilidad de llevar la tecnología a las aulas? 

El movimiento del software y hardware libre ha surgido a nivel mundial en oposición al software privativo y comercial (aquel que funcional con la compra de licencias) y a favor de la democratización del saber. Implica el diseño de tecnologías que liberen el conocimiento de cómo construir dispositivos o herramientas para que cualquier persona lo pueda reproducir. Todo esto es posible por la existencia de internet. Existe una red de datos de información que da sustento y posibilita diversos despliegues tecnológicos. El ejemplo más claro es  Arduino que logra montar esta lógica de un diseño liberado para ser reproducido y mejorado, con lo cual empieza a crearse una comunidad de personas conectadas alrededor del mundo. La red oficial de Arduino origina un gran volumen de información así como comunidades que surgen en distintos puntos geográficos y entran en contacto para intercambiar consultas y experiencias acerca de las implementaciones tecnológicas  a través de foros o sitios web. Estas nuevas prácticas son fundamentales y deben fortalecerse. Hoy los colegios ya conocen y se relacionan directamente con la tecnología Arduino para la enseñanza de la robótica.  Años atrás esto era muy distinto. Vos comprabas la licencia del software. Si tenías un problema y consultabas te cobraran por su solución sin que vos tuvieses injerencia en ese proceso.

Foto del entrevistado

“El desafío es mediar en la enseñanza de disciplinas como la filosofía sin suponer que el profesor de filosofía tiene que aprender programación para poder utilizar las tecnologías en clase. Tiene que ver con aprehender las lógicas de las nuevas formas de aprender. Aquí es donde se vuelve un motor principal la interdisciplinariedad.”
Daniel Anunziata, ingeniero en Telecomunicaciones

 

¿Cuál es el impacto de la implementación de estas tecnologías en las formas de enseñar y aprender? 

Con las tecnologías liberadas siempre está la oportunidad de incorporarlas en diversos ámbitos y de propiciar el trabajo interdisciplinario. Pero creo que la mera incorporación no resuelve todo. Hay que tener más claro el sentido de la implementación, pensar desde el lugar de un mejor aprovechamiento todo lo que nos pueden ofrecer estas tecnologías en la escuela. Creo que hay que buscar salir de las enseñanzas tradicionales, porque utilizar las nuevas tecnologías con enseñanzas antiguas no tiene sentido. Es muy lento el proceso, muy dispar,  no se reduce a comunicar los conocimientos de manera lineal, esperar que los otros lo recepten y luego evaluar el proceso. Es necesario que lo nuevo se incorpore transversalmente a los procesos de aprendizaje. Si estas herramientas son llamativas, tengamos el interés y la habilidad de llevarlas adelante y que se integren a otras áreas de conocimientos. No se trata sólo de hacer un robot o jugar con determinado programa. El desafío de los colegios, los profesores y todos los que estamos vinculados a estas áreas, es cómo implementar las tecnologías para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas. Es decir, cómo podemos mediar en la enseñanza de disciplinas como la filosofía sin suponer que el profesor de filosofía tiene que aprender programación, física, mecánica, matemática para poder utilizar las tecnologías en clase. Tiene que ver con aprehender las lógicas de las nuevas formas de aprender. Aquí es dónde se vuelve un motor principal la interdisciplinariedad. Además, pensemos que ciertos aspectos técnicos también podrían ser resueltos en el aula por los mismos chicos con conocimientos y habilidades que hayan adquirido en otras instancias, como por ejemplo en de talleres, o incluso de manera autodidacta por medio de las redes sociales. Ya existen en el mundo experiencias al respecto: aquí mismo en Río Cuarto, un grupo de alumnos de diseñó recientemente pequeños teatros robotizados con el objetivo de trabajar conceptos filosóficos.

Muchos circunscriben la robótica educativa a sólo armar un robot y programarlo.

Creo que hay que entender bien que la robótica no es el autito a control remoto o el robotito que se mueve, esa es una implementación bastante resuelta de un sistema. Me parece que hay cosas mucho más interesantes para que puedan indagar las instituciones educativas, como poner énfasis en pensarse como parte de la comunidad en la que están y proponerse la necesidad de resolución de alguna problemática que pueda tener la región. Trabajar con sensores de clima, indagar en la contaminación ambiental, por ejemplo. Creo que esa es la clave para salir de esta lógica de incorporar las tecnologías que se ponen de moda sólo por incorporarlas. Muchas veces pasa que después no las sabemos usar, no sabemos extender sus alcances o transformarla y ver nuevos usos.  Desde nuestra cooperativa hemos podido trabajar en distintos colegios con talleres para los docentes, niños y jóvenes. A partir de estas experiencias y el feedback generado empezamos a ver qué otras ideas e implementaciones pueden surgir una vez incorporados los conceptos básicos. Surgen nuevos abordajes alrededor de estas tecnologías y empezamos a pensar en desarrollos de fácil despliegue para que los nuevos conocimientos que se generan puedan ser utilizados trasversalmente en otras disciplinas y ámbitos.

¿Y cómo se relacionan los chicos en la escuela con estas nuevas tecnologías?

Es muy movilizador trabajar con los más chicos, con niños a partir de los 8 y 9 años. Es sorprendente ver que la utilización de la herramienta es algo muy resuelto para ellos. Los chicos todo el tiempo están en contacto con dispositivos tecnológicos y rápidamente comprenden su lógica. Estos dispositivos son canalizadores de atención: al año ya tienen un celular en su mano y a los tres años ya saben llamar por teléfono. Por eso creo que, ante este uso masivo ya instalado, tenemos que enfocarnos en ver el modo en que las tecnologías se conviertan en herramientas provechosas para el aprendizaje, no sólo para el niño sino para la comunidad.

 

En esta nota

Daniel Anunziata es ingeniero en Telecomunicaciones con mención en redes de datos y sistemas multimediales por la Universidad Nacional de Río Cuarto, docente, aficionado a la música y emprendedor tecnológico. Es socio fundador de la Cooperativa de Trabajo Informática y Telecomunicaciones IT10 Ltda desde el año 2012, empresa vinculada a los Clúster Tecnológicos de Villa María y Río Cuarto. Ha coordinado proyectos tecnológicos en desarrollo de software aplicados a diversos ámbitos sociales y productivos, Robótica Educativa, Arte Interactivo, Internet de las cosas (IOT), Agricultura de precisión.

Fotos de Daniel Anunziata y de sitios públicos de internet

Icono fecha publicación  19 de septiembre de 2019.

Vanina Anunziata

Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Comunicadora Social por la Universidad Nacional de Río Cuarto. Fue becaria de investigación doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y docente en la Universidad Nacional de Villa María, donde integra el subprograma de Comunicación de la Ciencia del Instituto de Investigación. Está finalizando un doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Cuyo sobre el estudio de dinámicas y estructuras comunicacionales en redes de conocimiento.

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Catamarca 1042, Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

Ir al contenido