Gratuidad universitaria

Una condición necesaria
por Rodrigo Duarte

Cuando el Presidente Juan Domingo Perón promulgó el decretó que proclamó la gratuidad de la enseñanza universitaria, el sistema educativo argentino expulsaba a 3,9 millones de estudiantes en la trayectoria hacia el nivel superior. La población estudiantil inicial era de 4 millones de personas, de ellas 300 mil accedían a los estudios secundarios y luego sólo un tercio llegaba a la universidad.

Así, el 22 de noviembre de 1949 se convirtió en un hito que posibilitó a millones de argentinos acceder a la educación superior y a la formación profesional universitaria. “La conquista más grande fue que la universidad se llenó de hijos de obreros, allí donde antes estaba sólo admitido el oligarca”, reflexionó años más tarde el propio Perón cuando fue entrevistado para el film Perón, la Revolución Justicialista.

En 2019 se celebraron los 70 años del decreto 29.337 que permitió construir las bases de una movilidad social ascendente, fruto del esfuerzo de toda la población argentina, hasta alcanzar en siete décadas que un 80 por ciento de los egresados de la universidad sean la primera generación de profesionales en sus familias. En la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), las gremiales docentes y estudiantiles, junto a las diferentes áreas, organizaron un ciclo con el objetivo de pensar en el contexto y reflexionar sobre este hito de cara al nuevo ciclo político en el país que comenzó el 10 de diciembre en el país. Se realizaron debates, proyecciones, presentaciones artísticas, culturales, lanzamiento de libros y se propició un momento de diálogo gremial.

“La gratuidad es una característica distintiva del sistema universitario argentino y, contrariamente a lo que se piensa, cada vez son más los países que optan por algún formato de gratuidad”, aseguró el rector Luis Negretti. Asimismo, consideró que es un legado de “luchas que han costado mucho esfuerzo en momentos determinados” como la Reforma de 1918.

Al ser consultado sobre la importancia de este elemento, precisó que se trata de “una condición necesaria pero no suficiente, por eso se articula con distintas herramientas y dispositivos para acompañar a los estudiantes en el ingreso, la permanencia y el egreso”. En tal sentido, recordó que el  Programa Nexos es un puente que visibiliza la posibilidad de los estudios superiores a estudiantes que en muchos casos no lo consideraban.

En el mismo sentido, la vicerrectora Elizabeth Theiler afirmó que la gratuidad universitaria es parte de la justicia social y la democratización del conocimiento, pero dijo que “no es suficiente”, ya que “el acceso en un sentido amplio tiene que ver con las distintas barreras que tienen que derrumbarse con respecto a quiénes pertenece un determinado tipo de conocimiento y la hegemonía de esos conocimientos”.

Según la funcionaria, el acceso y la gratuidad “contribuyen a facilitar para la movilidad social y el aumento de los campos de problematización, porque a medida que aumenta el número y la diversidad de personas que acceden a la universidad la complejidad de lo que se estudia se amplía, porque se multiplican los puntos de vista y las trayectorias personales que son puestas en las búsquedas científicas”.

Theiler indicó que la gratuidad “es innegociable” como punto de partida, pero “el esfuerzo tiene que estar en habilitar de manera cotidiana y ampliar los puentes para que no sea solo la gratuidad lo que empuje y promueva a sumarse toda la comunidad a ser parte de la vida universitaria”.

Según el historiador Felipe Pigna, que cerró el ciclo en el Auditorio de la UNVM, la gratuidad “es un proceso de luchas” que se consigue en “un modelo de bienestar general que era el Estado benefactor” que permitió el acceso a la universidad “a los hijos de los obreros”, por lo que “no pudo ser volteada a pesar de las intenciones de los gobiernos mas autoritarios”. De todos modos, añadió que, si bien es un derecho adquirido, “hay que recordar que los derechos adquiridos no son necesariamente para siempre, hay que cuidarlos”.

En los últimos años las universidades incorporaron una gran masa de estudiantes, lo que la docente de la UNVM Jesica Mariotta interpreta como un nuevo hito que completa la triada Reforma, Gratuidad, Inauguración de Universidades. “La universidad no es gratis, tiene que haber un Estado que posibilite infraestructura, becas, libros, investigaciones, es algo que se logra con el aporte de la sociedad”, aseguró.

Willy Hintermeister tiene tantos años como la gratuidad. Se graduó como licenciado en Comunicación Social en la UNVM a los 74 años. Luego de toda una vida dedicada al estudio y el trabajo en la industria láctea de diferentes países, definió al acceso como “un beneficio para toda la sociedad” que excede “el hecho de permitir que las personas con menos capacidad económica lleguen a una carrera”. Por eso no dudó en sentenciar: “Hay necesidad de insistir en la importancia de la gratuidad porque hay que verlo como una de las bases de la democracia”.

Como estudiante de Ciencia Política y Nodocente de la UNVM, Romina Bleger destacó la “función transformadora de generar sujetos críticos” que tiene la universidad y sostuvo que “no es menor la responsabilidad del Estado en el financiamiento de la universidad, porque no solo debe aplicar políticas de acceso sino también de permanencia y finalización de las carreras”

Con la gratuidad también llegan otros aspectos constitutivos de la vida universitaria. La docencia, la extensión y la investigación como pilares fundamentales, y la transferencia científica y cultural convertida en una de las tantas maneras de acercarse a la sociedad. En estos años, pese a algunos contextos desfavorables, se implementaron políticas tendientes a fortalecer esa relación y dar respuestas a problemas locales y regionales. En ese contexto, la UNVM interactúa con el sector productivo, artístico y social desde las ciencias sociales, las básicas y aplicadas y las humanas. Para ello, avanzó en la promoción de mecanismos tendientes a que la producción del conocimiento pueda llegar a la sociedad y potenciar la relación con la comunidad.

Pasaron 70 años de un hito que, fruto de un proceso de luchas previas, posibilitó el ingreso a la universidad de diferentes sectores sociales. Pero este derecho, tantas veces en riesgo, no es la única condición que se necesita para democratizar el acceso a los estudios superiores. El fortalecimiento de la universidad y el fomento de la movilidad social ascendente son posibles si el desarancelamiento se complementa con políticas de Estado que contribuyan a consolidar una universidad pública, gratuita y de calidad para todas, todos y todes.

Fotos y videos de la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM.

Icono fecha publicación  26 de diciembre de 2019

Rodrigo Duarte

Es doctorando en Ciencias Sociales y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional de Villa María. Cursó la diplomatura de actualización en especialidades periodísticas, el diplomado en Ley de Medios Audiovisuales y la diplomatura en Periodismo Político del Colegio Universitario de Periodismo de Córdoba, entre otras. Trabaja en la Secretaría de Comunicación Institucional de la UNVM, en el portal Argentina Investiga, en la Municipalidad de Villa María y en Puntal Villa María.

Universidad Nacional de Villa María

Secretaría de Comunicación Institucional
Catamarca 1042, Villa María, Córdoba, Argentina

ISSN 2618-5040

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